Revista Cultura y Ocio
El brillo de las luciernagas Paul Pen ISBN: 9788401354571 Formato: Rústica con solapas– 368 Pág. Editorial: Plaza & Janés
Tengo diez años y llevo toda mi vida dentro de este sótano. Vivo en la oscuridad con mis padres, mi abuela, mi hermana y mi hermano. Todos están desfigurados por el fuego. Mi hermana lleva una máscara blanca para tapar sus quemaduras, porque papá dice que su cara podría asustarme.
Me gusta mi cactus. Me gusta leer mi libro sobre insectos. Y tocar durante horas el único rayo de sol que se filtra por una rendija del techo. Pero desde que mi hermana tuvo al bebé, todos actúan de forma extraña. Creo que me cuentan mentiras sobre quién es el padre, sobre el Hombre Grillo que acecha por las noches, sobre lo que sucedió antes de que yo naciera, sobre por qué estamos aquí encerrados. Por lo menos tengo a las luciérnagas. Llegaron hace unos días al sótano y las he guardado en un bote. Como dice mi abuela, no existe criatura más fascinante que aquella que es capaz de crear luz por sí misma. Esa luz me anima a conocer el mundo exterior, escapar, descubrir qué le sucedió a mi familia. Lo malo es que aquí todas las puertas están cerradas. Y no sé dónde voy a encontrar una salida…
A veces los libros que más nos entusiasman son los que más tardamos en reseñar. Quizá porque los devoramos a tal velocidad que no nos paramos a pensar demasiado. O porque estamos tan excitados al final que no podemos plantearnos una reflexión pausada. Aun a día de hoy, si alguien me pregunta a bocajarro por qué me ha gustado tanto, no sabría dar una respuesta coherente en menos del equivalente a tres folios. Qué suerte tengo de no tener el espacio limitado…
Como casi todas las reseñas que aparecieron en las últimas semanas, se lo debemos a LAKY y sus geniales elecciones de lecturas simultaneas en Twitter. Por desgracia, la mía no tuvo mucho de simultánea porque dejé a todos atrás en un par de horas y esa misma noche ya había terminado la novela. Casi ni comentarlo pude de lo ensimismada que me dejó. Y es que no puede ser menos, ya que seguramente os habréis sentido tentados solamente leyendo el argumento.
Tenemos a una familia que vive encerrada en un sótano. No sabemos por qué ni cuando, pero todos ellos están desfigurados por el fuego a excepción del niño, que ha nacido allí dentro y por tanto no conoce otra cosa que esa oscuridad. Y ahora empieza a notar cosas en su familia, ha nacido el bebé de su hermana y empieza a hacerse preguntas ¿Quién es el padre? ¿Por qué no pueden salir?
La historia está narrada en primera persona con toda la inocencia que un niño de 10 años le puede poner. Más aún cuando al estar tan aislado, el niño no comprende el mundo ni su comportamiento. Y es normal, porque el lector tampoco entiende nada y tiene que ir atando cabos mediante retales de conversaciones y observaciones del niño. Conceptos que él no puede asimilar, pero nosotros sí.
Quizá ahí está la fuerza de este thriller psicológico, en la voz del narrador. Sabemos que usar esa técnica no es un acierto seguro, pero si que ha dado buenos resultados en otras novelas como El niño del pijama a rayas o El curioso incidente del perro a medianoche (aunque también ha habido otras que han fracasado estrepitosamente). Lo que es cierto es que no es un recurso sencillo pero si sale bien, el enganche del lector será fuerte. Y lo engancha a través de una empatía con el protagonista, que en el fondo no deja de traducirse en una sensación de rechazo hacia el entorno que le rodea: oscuro, decadente e injusto. Porque que hay más injusto que el sufrimiento de un niño y que los adultos miren para otro lado.
En este ambiente oscuro y claustrofóbico se desarrolla toda la historia: un sótano, del que no salimos en toda la novela. Me recuerda (muy lejanamente) a aquella sensación que tuve con la película Burried (Enterrado) que en un principio no quería ver porque eran 90 minutos de un hombre vivo en un ataúd. Pensé que iba a ser agobiante y aburrida…. Y resultó ser una genialidad. Algo semejante pasa con esta novela de Paul Pen, donde el hecho de tener un escenario cerrado no le quita emoción al desarrollo de la historia, que presenciamos con angustia. ¡Porque mira que la historia es horrible! Pero no horrible de mala, sino de dura y dolorosa.
Los personajes están muy bien definidos y además nos demuestra que no es necesario introducir descripciones forzadas para ello. Solamente con sus actos y sus palabras podemos crear una imagen perfecta de lo que son. Tanto, que ni siquiera ha recurrido a nombres: en ningún momento de la novela sabemos cómo se llaman, ni el protagonista ni su familia, a la que se refiere como Mamá y Papá.
Así que nosotros, que no sabemos nada, vamos atando cabos y haciendo nuestras conjeturas. Rellenando las quinielas. Y de repente, al llegar a la mitad de libro ¡chof! Nos los deshace totalmente y no cobramos ni lo puesto. El giro de la historia es absoluto, y dudo mucho que alguien pudiera esperárselo. Ahora ya nada es lo que parece y tenemos que volver a montar nuestras teorías desde cero.
Entonces llegamos al final. Durante toda la novela el ritmo fue bastante estable, si ignoramos el sobresalto de la mitad. Pero al final se vuelve mucho más frenético y entonces ya nos podemos dejar de leer, ni tampoco destensar las mandíbulas. Pero es que al final le da la vuelta otra vez para descubrirnos una realidad distinta de nuevo, aunque ahora no tan separada de la realidad de lo que yo me iba imaginando.
Y todo queda atado, sin cabos sueltos del tipo ¿y al final como explica esto? Es todo coherente, bien planteado y satisfactorio. Porque si ya es difícil escribir una historia que enganche desde la primera pagina, para mi es mucho mas difícil cerrarla bien. Y Paul Pen ha conseguido las dos cosas de la mejor manera que se me podía ocurrir.
Y mejor aun, nos demuestra que no hacen falta policías ni sangre para escribir una buena novela negra, con una historia atractiva y original que nos atrape totalmente. Claro que no es solo cuestión de originalidad sino que eso hay que juntarlo con una pluma muy sutil. Tanto, que casi no me he planteado si era buena o mala. Hasta que he llegado al final y me he dado cuenta que no tenía ni una sola queja.
Creo que no hay mejor halago que el de una lectora tan exigente, que va a contracorriente y que siempre encuentra al asesino antes que Jesica Fletcher. A mí me ha sorprendido, atrapado y angustiado a partes iguales. Sin duda lo recomiendo, porque hasta el momento ha sido mi mejor lectura del año. Evidentemente El aviso va de cabeza a mi lista.