Revista Humor

El brownie

Por Jerjes Ascanio
El brownieCada vez que tenía que viajar, Bugs Bunny se preparaba un lote de brownies rellenos de marihuana, siempre se sentaba en el puesto de la ventana. Apenas se apagaba el letrero de no fumar, se ponía los audífonos y comenzaba su ingesta.Los efectos nunca eran iguales, pero siempre le hacían mucho bien. A veces le daba una nota suave y otras tenía fuertes alucinaciones. Nunca nadie sospechaba nada.Todo muy bien. Un día sus viajes quedaron súbitamente suspendidos. Looney Tunes lo confina en una clínica de rehabilitación.Una mañana, poco antes de volver a viajar, espero que el Pato Lucas saliera a trabajar, compro todos los ingredientes y se dedico a prepararse sus brownies.Cuando estuvieron listos, la cocina se lleno del dulce aroma del chocolate mezclado con la marihuana.Abrió las ventanas, prendió el extractor, dejo su merienda psicotrópica sobre la mesa para que se enfriara y se fue a bañar.Bugs disfrutaba su largo baño, mientras, el Pato Lucas había regresado del trabajo temprano con unos compañeros de Looney Tunes, debían preparar un proyecto. Bugs no los escucho entrar.Un par de horas más tarde, cuando por fin Bugs termino los preparativos de su viaje, escucho de repente unas fuertes risotadas, se quedo tieso y corrió a ver que pasaba.Ahí estaban, todos tirados sobre un charco de pipí, chapoteando y salpicándose unos a otros, las caras llenas de chocolate, muertos de la risa.En una esquina, debajo de la mesa, Bugs descubrió a el Pato Lucas, desmayado y olvidado por los demás, frío como un pescado y morado como una berenjena.El medico de emergencias dijo que casi se muere por un bajón de la tensión...

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