Un informe jurídico de la Casa Blanca acaba de ratificarle a Barack Obama su autoridad para ordenar el asesinato sin trámites legales de estadounidenses sospechosos de pertenecer a Al-Qaeda allí donde se encuentren, si se les considera un peligro inminente para el país.
Barack Obama está legitimado para asesinar, como hicieron, aunque ilegalmente en España y Francia, los GAL, Grupos Antiterroristas de Liberación.
Pagados con fondos públicos y gobernando Felipe González, entre 1983 y 1987 mataron a 23 personas, no todas de ETA.
Hay más diferencias de forma, no de fondo, entre los crímenes de los GAL y los de Obama, premio Nobel de la Paz de 2009, año en el que aspiraban al mismo reconocimiento José Luís Rodríguez Zapatero y el juez Baltasar Garzón.
En muchos Estados de EE.UU. se practica la pena de muerte. Parte de la población la considera justa, aunque la rechace el propio Obama en sus discursos más humanistas.
Dentro de esa cultura justiciera, Obama ha superado a George W. Bush en las acciones contraterroristas: usa mucho más frecuentemente los ataques selectivos letales, pero sin necesidad de justificarse.
Porque él es Nobel de la Paz, y al expresidente todos lo calificaban de belicista.
Obama emplea sin cortapisas medios de que dispone contra el terrorismo, sean tropas regulares o comandos especiales, como los SEALS que mataron a Bin-Laden.
Aunque la principal diferencia de Obama con los GAL es que él se apoya en profesionales competentes y en la tecnología más avanzada del momento.
Ahora son los “drones”, miniaviones teledirigidos por unos 1.200 pilotos militares a miles de kilómetros del objetico, que manejan consolas similares a las de los juegos electrónicos.
Los contraterroristas españoles eran una banda de policías corruptos, ludópatas, borrachos y anárquicos, asociados a los delincuentes comunes más chapuceros.
------
SALAS