El buen patrón; ¿Negocio o familia?

Por Enrique Bellón.

Basculas Blanco es la vida de su propietario (Javier Bardem), como el repite, y anteriormente decía su padre, “La justicia lleva una balanza en la mano” y en “El Buen patrón” todo debe de ajustarse para que alcance su equilibrio. Si algo brilla en el nuevo trabajo de Fernándo León de Aranoa (Los lunes al sol) es el perfecto equilibrio de su película entre géneros, mezclando de manera acertada drama, comedia y thriller.

El futuro de Basculas Blanco parece a punto de cambiar, cuando la situación de varios empleados y la relación del señor Blanco con ellos se va complicando. Un ajuste de personal, un encargado con la cabeza en otras cosas, una becaria y muchas otras cosas harán de la vida de nuestro buen patrón un verdadero correcalles. Si bien la historia principal es sencilla, las tramas secundarias que van enredando la principal sirven para enriquecer de manera más que interesante la experiencia.

Con un ritmo frenético y un humor negro de lo más imaginativo Javier Bardem encarna a “El buen patrón” de manera magistral, consiguiendo construir un personaje que es al mismo tiempo entrañable, envidiable y despreciable. Un personaje tan lleno de matices que no se puede sino adorar, en esta especie de comedia negra con escenas y diálogos realmente memorables.

Desde luego que no se trata de una película que busque dejar huella a largo plazo, se trata de una herramienta de entretenimiento, pero está tan bien realizada y tiene un ritmo y personajes tan bien construidos que se convierte en una diversión constante, sorprendiéndonos en cada momentos con sus giros y locuras.

En resumen, una película que sin ser excesivamente ambiciosa consigue su objetivo, el entretener al mismo tiempo que introduce ciertos elementos críticos de la sociedad, como las relaciones laborales, el poder de los empresarios o lo vacío de muchos discursos aparentemente profundos, en eso el personaje de Bardem es un maestro,recomendable si tenemos en cuenta sus limitaciones.