Escritor: John Maxwell Coetzee
Arabella Kurtz
No hay nada tan fácil como engañarse a uno mismo y/o a los demás, sobre todo si no tenemos a un Dostoievski al lado, jeje. Lo vemos todos los días, entre los individuos de a pie por ejemplo, es muy habitual oír el: "No, no, si no lo hago por mí, lo hago por los demás; si no sufro por mí, yo es que sufro por los demás"; o entre los individuos de más arriba, como los políticos: "No, no. No lo hago por un interés partidista y mucho menos propio; lo hago en el interés de los españoles". Son historias que cada uno se cuenta a sí mismo y que chocan bastante con sus realidades y la realidad.
Este libro es una larga conversación que tiene lugar entre el escritor Coetzee y la psicoterapeuta Arabella Kurtz. Arabella Kurtz enfoca la conversación desde un punto de vista clínico, y Coetzee desde un punto de vista más filosófico. Por supuesto van mucho más allá del sencillito y evidente ejemplo con el que he empezado esta no-reseña.
Empieza Coetzee lanzando una pregunta " que lleva mucho tiempo incordiándole", y es que como " mercader de ficciones" que es -como el mismo se adjetiviza- derivado del ejercicio de su profesión de escritor, en el que no da mucha credibilidad a las verdades, le pregunta a la terapeuta: ¿por qué quieres que el paciente afronte la verdad sobre sí mismo, en vez de crear juntos una historia de sí mismo, lo bastante aceptable para salir al mundo y ser capaz de volver a amar y trabajar?
A partir de aquí se inicia un rico intercambio sobre temas que giran en torno a: las verdades, a -falta de una verdad-; las relaciones humanas; el conocimiento de uno mismo; la naturaleza maleable de los recuerdos; el comportamiento de los grupos; la repercusión en el futuro de cualquier civilización, en función de la gestión de las interpretaciones de su pasado colonial. Se tratarán estos temas recurriendo a la reflexión del no experto en psicología mezclados con conceptos del psicoanálisis como la represión, la regresión, la escisión, la proyección y la transferencia.
Me despido con un párrafo que muestra la mente retorcidamente inteligente de Coetzee, lo digo en plan gracioso: " Arabella, dices que para conocernos a nosotros mismos necesitamos a los demás, que necesitamos las ficciones que han creado los demás sobre nosotros a fin de formar nuestras propias ficciones de nosotros mismos. Dices que cuanto más haya recibido una persona esa clase de atención, más capaz será de averiguar la verdad sobre sí misma" (se refiere, por ejemplo, a cuando los padres nos dicen: de pequeño no llorabas, o hacías esto o lo otro, o eres tal o más cual ....). " Yo eso lo traduzco por: cuantas más ficciones empáticas sobre sí misma haya recibido una persona, más fácilmente podría vivir en el seno de las ficciones que ha creado de sí misma".
- Gracias a Susana Hernández, la poeta de Vivir las Cinco Villas por acordarse de mí y pasarme este libro. Un besico.
- Hay un glosario al final del libro con una explicación de los conceptos utilizados por la psicología.
- Me guardo un párrafo de Coetzee en el que me ha parecido ver, si no lo he entendido mal, el porqué de que el pensamiento general de que uno no puede reinventarse su pasado sin más, y continuar su vida, sobre todo si contiene maldad. La idea puede venir de la religión, y su "fe en la justicia del universo". Dice el escritor: "La idea de que no somos libres de inventarnos nuestro pasado, tiene que basarse en la fe en la justicia del universo. Es la postura tipo de las novelas de Dostoievski. Es decir, parece que no se pueden contar historias en las que el hombre sencillamente encierra su pasado y vive feliz para siempre, porque carece de esta justicia. Pero .... ¿Y si nuestra cultura ha creado una forma de narración que en la superficie dice que los secretos no se pueden enterrar, pero que por debajo de esa superficie lo que intenta enterrar es el único secreto que no podría consentir: el hecho de que el pasado se puede borrar, seguir adelante, y de que por tanto no reina la justicia?" Y luego Coetzee añade lo que diría lo que ya afirmaba Iván Karamázov, en Los hermanos Karamázov, de Dostoievski, cuando hablaba que a un hombre sin el pensamiento cristiano, todo le estaba permitido .... Dice Coetzee: "Si el único testigo de un acto criminal ha conseguido reprimir su recuerdo, entonces estamos en pleno territorio de Dostoievski. Si Dios no existe, ¿qué sentido tiene nada?".
- Sobre el pasado colonial. Me ha parecido entender, que dado que la postura que adoptamos es la de la escisión, una postura simplista, en la que para no ver amenazada nuestra propia identidad, mantenemos una idea idealizada pero no realista de nuestros antepasados coloniales, por muchas acciones criminales que en el pasado hubieran podido realizar, la idea de ellos positiva se mantiene, reconocemos ese pasado pero también lo comprendemos. Es decir, condenamos ese pasado, pero también lo aprobamos, al menos en su contexto. Me ha parecido entender que sin hacer frente a ese pasado, preocuparnos de ese pasado tal cual fue, el futuro será igual que ese pasado, porque no habrá habido curación. No sé si esto ni siquiera si no hubiese escisión podría cambiar nada, sobre todo, visto lo visto, la capacidad de la mente humana de contarse historias.
- Leer el libro Austerlitz, de W.G. Sebald. Recomendado tanto por Coetzee como por Arabella. Arabella en concreto dice de él: "al igual que Dostoievski es del todo recomendable para todo aquel que tiene razones para reflexionar sobre lo complicado que puede llegar a ser desnudar el alma humana, recomiendo Austerlitz a todo aquel que le interese el tema central de la naturaleza de la verdad personal e histórica.
- 1994: El maestro de Petersburgo (propuesto a leer en 2016)
- 2005: Hombre lento (propuesto a leer en 2016)
- 2007: Diario de un mal año (propuesto a leer en 2016)