Como en todos los aspectos de esta vida, la física no se escapa de los bulos. Hoy acabo de recibir un e-mail, los típicos que se mandan en cadena, con un asunto amenazador: “Chequeen esto, creo que muchos no van a dormir demasiado en agosto”. Pensé que se refería al calor que nos espera, pero no. En la primera página del archivo adjunto de Powerpoint aparece una imagen de Marte. Me ha despertado la curiosidad.
Sigo leyendo el e-mail y unas líneas más abajo dice textualmente: “El planeta rojo está a punto de verse espectacular”. Mi curiosidad iba a más por momentos. No podía dejar de darle al ratón para seguir mirando qué es lo que realmente iba a suceder. Me esperaba algo tipo: “fija la mirada en Marte unos segundos… y que aparezca la odiosa niña de Poltergeist para darme un susto”. Pero no.
Continuando con el Powerpoint sigo leyendo que el planeta Marte y la Tierra se acercarán de una forma inusual, nunca antes visto en la historia. No me sé las órbitas de los planetas de memoria, pero me parece interesante. Hasta que veo la foto que acompaña todas estas líneas, comparando la Luna y Marte con el mismo tamaño. Como pie de foto: “Marte se verá del mismo tamaño que la Luna en agosto”. ¡Maravilloso!
Internet se está convirtiendo en una fuente moderna de sabiduría donde, posiblemente, nuestros hijos y nietos van a aprender muchísimo. Pero también tiene un sinfín de trampas como esta. Nunca Marte podrá verse del mismo tamaño que la Luna. Nunca. Si esto llegara a ocurrir, tendríamos un serio problema de supervivencia. Las órbitas de los planetas se verían alteradas, nuestra traslación y rotación también. La vida no sería posible en la Tierra.
Lo que me ha acabado de poner de mal humor ha sido el final del e-mail: pásalo porque tú, tus hijos y tus nietos no van a poder disfrutar de este espectáculo nunca más. Aunque en parte… tiene toda razón. Nunca más se verá y nunca se ha visto.