Galapagar esta siendo noticia en los últimos días por una polémica artificial. El Ayuntamiento de Galapagar ha prohibido el uso del burka en las instalaciones municipales.
Resulta sospechoso que esta salga en municipio salpicado por un urbanismo insostenible, donde se aprobó en ese mismo pleno un reglamento que intenta limitar el reparto de hojas informativas en la calle a los grupos de la oposición y cuando el municipio también ha sido noticia ya que la Cámara de Cuentas ha descubierto graves irregularidades en la gestión municipal como ha denunciado la compañera Yolanda.
En el pleno del pasado lunes el Partido Popular presentó una moción donde se prohibía el uso del burka o del niqab en las dependencias municipales. Galapagar es un municipio que tiene inmigrantes de muchas nacionalidades y desde todos los partidos se ha dicho que en ningún momento se ha visto el burka en el municipio.
¿Entonces por que prohibir el uso del burka?, ¿se han prohibido anteriormente entrar a las instalaciones municipales con un casco de moto o encapuchado? Pues no creo que haga falta. El sentido común impera.
Toda esta polémica viene de la búsqueda de votos. Búsqueda de votos que se hace de forma populista y que se ha apuntado el Partido Popular tras la guerra que abrió el partido de extrema derecha de Anglada.
Ni en la Sierra del Guadarrama ni en Galapagar existe ahora mismo ese problema. Si se quiere debatir sobre el uso del burka habrá que hacerlo desde posiciones que lleven a la reflexión sobre el problema. La derecha de nuestro país quiere prohibir el burka como forma de respuesta a la inmigración, como forma de criminalización a los inmigrantes. Pero también la izquierda debe reflexionar sobre su posición. El burka es una forma más de esclavitud de género hacia la mujer trabajadora y se tiene que dar una respuesta a ello. Y sin duda una de las tareas es de un modelo educativo alejado de cualquier tipo de religión además de seguir luchando por los derechos de todos los trabajadores.
Y todo esta pasando en un país donde a las niñas se les hacen agujeros en las orejas por motivos de cultura o a la mayoría de nuestros niños se les bautiza y registra en una asociación religiosa sin que ellos puedan elegir.