A principios de septiembre recibí un correo inquietante:
“Me llamo Ángel. Tengo un problema impresionante con mi madre. Se ha tenido que ir de su casa por problemas de salud. Estoy convencido que es por una antena de móviles que tiene enfrente. He hecho mediciones con un medidor de campo y la radiación dentro de su casa es bestial. Minerva Palomar, estoy convencido que sabrás quién es, me ha iniciado en todo esto y me he documentado mucho durante los últimos dos meses. Mi madre es capaz de detectar si hay un móvil a 30 metros, le empieza a quemar la garganta y los oídos, han tenido que dormir en un garaje, actualmente me han dejado una casa en la sierra de Madrid y les he llevado allí, los dos primeros días no los pasó bien, pero ayer estaba genial, apenas tenía dolores, ya que la casa está “limpia” de radiaciones. La contaminación electromagnética, por lo que estoy viendo en su barrio, donde viven, puede ser la causante de un montón de dolencias de muchos vecinos con los que estoy hablando.
Gracias y un saludo /Ángel”.
Intercambiamos impresiones y continuó escribiéndome con más detalles:
“Mi madre tuvo un dolor de oídos cuando cambió de móvil hace tres años. Pensé que era porque tenía más potencia de emisión, dejó de hablar por móvil durante unos meses. Volvió a hacerlo con el móvil antiguo, hasta que le regalaron otro. Le pasó lo mismo, tenía dolor de oídos, poco a poco fue empeorando; quemazón en la garganta, sequedad en la boca… Fue varias veces al médico de cabecera y le mandaba analgésicos, jarabes… después al otorrino, ‘se reía de ella’ diciendo: ‘Pues no hable por teléfono’. El segundo otorrino le dijo que tenía la garganta roja y los oídos y que lo que tenía que hacer era irse de su casa. Fue empeorando, estaba muy nerviosa en casa, muy alterada, dificultad para dormir, dolor de cabeza…
Un día me asomé a la terraza y le dije que lo que tenía era efectos de la radiación de la antena. Ya no podía más y me la llevé a mi casa, allí pudo dormir toda la noche, aunque detectaba algunas llamadas de vecinos, pero se encontraba muy bien. Se fueron a la playa donde tienen un apartamento, empezó a empeorar, cada vez que un vecino de enfrente llamaba con un móvil, salía corriendo de casa y se subía por las escaleras, llegando a dormir dos noches en el garaje con mi padre…
Estamos desesperados porque los médicos o están aleccionados, o no deben de leer mucho porque siempre nos contestan: ‘No está demostrado que las antenas de los móviles provoquen enfermedades’, es una frase tipo…. El caso es que tienen dos casas y no pueden ir a ninguna de ellas… Actualmente están en en una casa que me han dejado. Al tecer día es cuando ha empezado a encontrarse bien, espero que se ‘desintoxique’ y su cuerpo se estabilice por lo menos para poder convivir con los móviles ya que a su piso no puede volver hasta que no quiten la antena.
Ayer Ángel volvió a comunicarse conmigo, su madre ha salido en el programa de TeleMadrid Madrid Directo (a partir del minuto 2). Me conmovió verla con el velo de hilos metálicos que hace de Jaula de Faraday para evitar que la contaminación electromagnética le afecte a la cabeza. Es el burka de los electrosensibles.
Más info en los libros Conspiraciones tóxicas sobre cómo actúa el lobby de la contaminación electromagnética y La salud que viene sobre la vida de los electrosensibles.