Revista Cultura y Ocio
Hoy es noticia una mujer que iba a declarar como testigo en una causa penal ante la Audiencia Nacional. El motivo no es el interés de sus declaraciones, sino que iba cubierta por un burka que ocultaba completamente su cuerpo y se negaba a despojarse de él para declarar ante el juez. Motivo por el cual, el Juzgador se ha negado a tomarle declaración, advirtiéndole de las consecuencias de su comportamiento. Pues bien, al parecer volverán a citarla para declarar otro día, y ante la presión de poderse ver involucrada en un procedimiento por desobediencia, aceptará descubrir su rostro ante el Juez, al menos la zona entre barbilla y frente. No sé si habrá más partes personadas, pero en ese caso también deberá hacerlo frente al Ministerio Fiscal, abogados que se personen en el interrogatorio, y por supuesto el oficial que transcriba la declaración.
La necesidad de tener el rostro descubierto es evidente. Por un lado, hay que cercionarse que la persona es quien dice ser. En caso contrario, yo misma, podía ponerme un burka e irme a declarar sustituyendo a cualquier mujer que se pusiera nerviosa en el Juzgado. Por otro, es imprescindible que quien toma la declaración vea al declarante, para que pueda formarse una convicción completa de lo que dice. Esto es, es necesario ver si duda, si es firme en su declaración, si se emociona, llora, hace gestos, pues es la totalidad de la persona, no sólo sus palabras, lo que dotará de verosimilitud a su testimonio. Claro que eso, en países islámicos donde el testimonio de una mujer no vale casi nada, carece de relevancia.
Como veis, hay dos razones básicas, que hacen necesario que se vea el rostro de la persona que declara en un Juzgado. No son complejas, cualquier ciudadano medio se dará cuenta de ellas.
Pues bien, muchos hemos visto las imágenes de esta señora (al parecer hermana de un islamista suicida) saliendo de los Juzgados, en compañía de un hombre, dando unas zancadas que para sí las querría el gato con botas, y haciendo declaraciones (no sé de qué tipo) a dos jóvenes periodistas. La calidad de las imágenes me han hecho pensar que o bien las ha tomado un móvil o una cámara regularcita, y han sido estas imágenes lo que me ha hecho pensar que en realidad se ha actuado a plena conciencia, buscando no sé qué tipo de reacción. El hecho de que vaya acompañada por un hombre, me ha hecho cuestionarme si no estará siendo instrumentalizada por otras personas.
En mi corta experiencia, me he dado cuenta de que casi todas las personas que acuden al Juzgado, ya sea como testigo o parte, suelen interesarse por todos los detalles de su propia actuación: si deben llevar DNI, a qué hora tienen que estar allí, como deben responder, qué sucederá, quién les tomará declaración... algunos incluso preguntan sobre cómo deben ir vestidos o cómo sentarse. Me extrañaría muchísimo que nos encontremos ante un caso de ignorancia. Creo que la mujer islamista ha buscado crear expectación para que el próximo día que vaya a declarar, todos los medios de comunicación estén presentes.
Claro que puede que me equivoque, y en realidad, ella pensara que la Justicia es ciega, literalmente hablando, y claro, al no poder verla, no era necesario ir descubierta. En fin, sólo es una reflexión.