TÍTULO: El Buscón en las IndiasAUTOR: Juanjo Guarnido y Alain AyrolesEDITORIAL: Norma EditorialAÑO: 2019GÉNERO: Cómic
"Cuatro siglos después, conocemos el desenlace de una de las cumbres literarias del Siglo de Oro.Sinvergüenza, poco fiable y, pese a todo, entrañable, don Pablos de Segovia nos ofrece el relato de sus aventuras picarescas en la España del Siglo de Oro y en esas Américas que entonces aún se conocían como las Indias. A veces miserable y otras acaudalado, ora halagado, ora despreciado, sus tribulaciones lo llevarán desde los bajos fondos hasta los palacios, de las cumbres andinas a los meandros de la Amazonia, para llegar hasta aquel lugar mítico en el que cristalizan todos los sueños del Nuevo Mundo: ¡El Dorado!".
Allá por 1626, Francisco Gómez de Quevedo Villegas y Santibáñez Cevallos, el irrepetible e irreverente Quevedo, publicaba la "Historia de la vida del Buscón llamado don Pablos; ejemplo de vagamundos y espejo de tacaños", más conocida como "La vida del Buscón". Aquella novela -referente de la picaresca y de la sátira castellana- narraba con ingenio y pluma magistral las andanzas de don Pablos de Segovia, un pobre hombre obsesionado con ascender socialmente, amasar fortuna y codearse con la nobleza cortesana y caballaresca... aunque su obsesión rara vez daba sus frutos y era desenmascarado una y otra vez. Sus ambiciones le llevaron a recorrer Madrid, Toledo y Sevilla, para terminar embarcándolo rumbo a las Indias.
Y es precisamente en las Indias (ese gran capítulo de nuestra Historia), concretamente en Perú y más exactamente todavía en los calabozos del alguacil de la ciudad, donde arranca el cómic y donde nos encontramos con un don Pablos de Segovia convertido en un vagabundo solitario, demacrado, agonizante, envejecido y en los huesos que parece haber perdido la cabeza. Así comienza "El Buscón en las Indias", una suerte de segunda parte inspirada en la novela de Quevedo que mencionaba en el párrafo anterior. Alain Ayroles y Juanjo Guarnido han querido rendir homenaje a una de las obras más preeminentes de la literatura española y a uno de los más renombrados exponentes del prolífico e irrepetible Siglo de Oro español.
No era una tarea sencilla, tal vez incluso fuera un tanto pretenciosa, pero lo cierto es que, una vez terminada -y degustada- su lectura, debo decir que "El Buscón en las Indias" es un cómic muy disfrutable, con un guión repleto de giros, aventuras, expediciones, reflexiones, una calidad gráfica sobresaliente, alguna crítica a aquel tiempo y un final de lo más sorprendente. El homenaje está a la altura y me atrevo a decir que incluso al propio Quevedo le hubiese encantado, pues sabe mantener intactos la personalidad y los deseos originales de don Pablos; la historia desprende ese viejo aroma de novela picaresca a la hora de seguir narrando el ascenso/descenso del protagonista, al que su sino parece perseguir por mucho que intente darle esquinazo.
Que una obra escrita hace casi 400 años (año arriba o abajo porque circularon diferentes impresiones de la novela de Quevedo) pueda trasladarse así, en forma de sentida continuación al cómic con semejante grado de frescura, entretenimiento, riqueza y goce visual es algo maravilloso.
Guarnido... caviar. La variedad de personajes y sus expresiones, los paisajes montañosos andinos, la frondosa y húmeda jungla amazónica, la fauna autóctona, la corte española con sus vestuarios y peinados, la arquitectura -tanto colonial como castellana y palaciega-, el cuidado por los más mínimos detalles, los juegos con la luz, la elección de los colores... Juanjo Guarnido lo borda, de veras, es una obra de arte como pocas había visto hasta ahora. Tampoco es que esperara menos de él, no es un advenedizo y su exquisito trabajo en "Blacksad" ha recibido más de un merecido aplauso, pero en "El Buscón en las Indias", en mi opinión, riza el rizo. Encima se permite jugar con el público lector e invitarlo a encontrar similitudes entre los rostros de algunos de los personajes que pueblan las páginas del cómic con sus "gemelos" en la vida real.
Y ¿ante tamaña demostración de poderío gráfico, el guión es capaz de sobrevivir? pues sí, rotunda y absolutamente sí, la narración de Ayroles se enriquece, se fortalece y se nutre de las láminas de Guarnido (si bien es cierto que, en contadas ocasiones, las ilustraciones se expresarán por sí solas y nosotros solo tendremos que procurar que la baba no manche las páginas del cómic).
Sobre Alain Ayroles admito que no había leído nada, ha sido mi primer contacto con él y también debo quitarme el sombrero. El guión tiene fuerza, se teje con paciencia, pero fluye a buen ritmo y se nota que detrás hay un gran esfuerzo para que resulte sólido. La historia, como la original de Quevedo, está dividida en tres partes y si bien al inicio se cuece a fuego lento y en base a los desvaríos de don Pablos -haciendo perder la poca paciencia del alguacil-, cuando lleguemos a su tramo definitivo nos veremos asaltados por una narración trepidante y fascinante que nos conducirá, con pinceladas de humor negro y algo de inquietud, hasta el clímax. Ah, conviene recordar que Ayroles es francés y que el cómic está narrado en el castellano correspondiente a la época, otro punto a favor del galo.
Estad preparados para amar y odiar a don Pablos de Segovia, el auténtico protagonista de "El Buscón en las Indias", un personaje detestable a la par que encantador, un ladronzuelo sin escrúpulos, pero con una especie de código moral, un cobarde que todavía conserva algo de valor en su interior, un sinvergüenza que, a pesar de todo lo que le veremos hacer y decir, se ganará un rinconcito en el corazón de los lectores y de las lectoras.
Finalmente, es de recibo felicitar a Norma Editorial por el formato y la esmerada presentación de "El Buscón en las Indias", una obra de esta magnitud necesitaba una edición de lujo.
VALORACIÓN: 9/10