100 estampas de Salamanca
Dentro de la comarca de la Sierra de Francia y formando parte del Parque Natural de Las Batuecas-Sierra de Francia se localiza el pueblo de El Cabaco, ubicado a orillas del Río Yeltes. Es una pequeña localidad con un rico patrimonio histórico y natural, pues cuenta con cuatro Bienes de Interés Cultural (BIC): el Santuario de la Virgen de la Peña de Francia, el Rollo de Justicia de la Peña de Francia; el Monasterio de Nuestra Señora de Porta Coeli en El Zarzoso y Las Cavenes, un antiguo asentamiento romano.
El Cabaco posee un entorno con muchos paisajes espectaculares y una gran riqueza en fauna y flora, la vegetación se compone principalmente de robles, castaños, nogales y encinas típicas de las dehesas, y su término municipal incluye la impresionante Peña de Francia, de 1.727 metros de altitud, santo y seña de la provincia, pues allí se encuentra, junto a una hospedería, el Santuario de Nuestra Señora de la Peña de Francia, patrona de la provincia.
Al pasear por las calles de El Cabaco, se puede observar la arquitectura típica serrana y algunos monumentos y lugares interesantes como el puente medieval. Entre los atractivos de este pueblo destacan también algunas fuentes de granito, la iglesia de San Juan del siglo XVI, la Ermita del Humilladero o los restos de sus seis castros.
El Cabaco tiene un pasado minero, el nombre y origen del pueblo procede del antiguo asentamiento romano Las Cavenes, una zona habitada para la explotación de las minas de oro durante los siglos I y II. Este yacimiento atestigua la importancia que tuvieron los desmontes mineros para la explotación aurífera y el asentamiento humano relacionado con ella, paisaje muy bien conservado gracias a su fosilización. En Las Cavenes el sistema utilizado para obtener el oro fue el de "surcos convergentes", que consistía en filtrar el agua utilizando para ello cuencas de retención y canales de desagüe. Estas técnicas se explican muy bien en el "Centro de Interpretación de la Minería Romana del Oro" de la localidad. La actividad minera resurgió cuando a mediados del siglo XX se descubrió wolframio, aunque fue un período breve.
A pesar de su pasado minero, actualmente la base de su economía es la agricultura, ganadería y el turismo rural. Sin duda es un pueblo imprescindible en un recorrido por la Sierra de Francia porque también ofrece paseos y rutas senderistas como la de Las minas de oro romanas de Las Cavenes, la Senda de los Castaños Centenarios, o el sendero micológico "El Cabaco-Nava de Francia" que discurre por dehesas de robles en busca de los preciados hongos, sin olvidarnos de su rica gastronomía serrana que incluye deliciosos embutidos y jamones para andar el camino.
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