El cabo de gata y las fotos que nunca hice

Hola  a todos!!!

Ya estamos de vuelta, al final unos días se han convertido en tres semanas, pero a partir de hoy el blog vuelve a la normalidad. Estas vacaciones han sido diferentes porque son las primeras que pasamos con Sobras y aunque no nos pudo acompañar de viaje, el resto de días hemos procurado hacer planes en los que él podía participar. Os los iré enseñando poca a poco, pero voy a empezar por haceros una pequeña crónica de nuestro paso por el Cabo de gata.

Me encantaría poder enseñaros un post con unas fotos impresionantes, o al menos haberlo intentado, pero resulta que me dejé la cámara en casa, os pongo es situación. Llevábamos una hora de camino ¿ya os podéis imaginar? con la euforia de empezar las vacaciones, desgarrandome la garganta cantando canciones en el coche, cuando de repente me vino un flash a la cabeza y me acordé qué me había olvidado la cámara. Creo que los siguientes 10 segundos ni respiré, después empecé a lanzar puñetazos al aire y a soltar perlas por mi boca, si me hubieran oído mí madre o mí abuela fijo que me mandan a lavarme la boca con lejía. De repente giré mi cabeza en plan niña del exorcista y le dije al Sr.Martinez, que el pobre estaba flipando con el numerito…. “Me he olvidado la cámara, da la vuelta” evidentemente me miró con cara de “Tú estás loca” y me dijo “Llevamos una hora de camino no pienso dar la vuelta” giré de nuevo mi cabeza para mirar al vació y seguir soltando tacos por mi boca, no sé el tiempo que estuve así pero nunca había dicho tantas palabras sucias en mi vida… Y entonces vi la luz, ante mis ojos aparecía el centro comercial más grande que nunca había visto, así que volví a decirle al Sr.Martinez que por favor parara que tenía que comprar una cámara, aunque fuese compacta y de las más económicas, pero entonces me dijo con toda la calma del mundo “Davinia ni voy a dar la vuelta, ni voy a parar para que compres una cámara nueva. Se ha quedado en casa y es lo que hay, tira de móvil”  Ni siquiera mis amenazas de tirarme del coche en marcha hicieron efecto así que no tuve más remedio que resignarme, hacerle caso y tirar de móvil, eso sí hasta que no llegamos al hotel  y vi lo bonito que era el sitio no dejé de maldecir por dentro y pensar que mí cámara estaba sola y abandonada en casa. Así que con mucho dolor de corazón sólo os puedo enseñar las fotos que hicimos con el móvil, que no estan mal pero no son lo que yo tenía pensado enseñaros.

A pesar del incidente de la cámara el resto del viaje ha ido bien, nos alojamos en el hotel Barceló Cabo de gata, os lo recomiendo si alguna vez vais de vacaciones allí, es prácticamente nuevo, muy tranquilo y con unas habitaciones muy amplias. Desde la piscina del hotel accedías directamente a la playa bajando por una pasarela de madera.

Pero lo mejor es coger el coche y recorrer el parque natural, para descubrir los pueblos y playas tan bonitos que tiene. Como la iglesia de las Salinas, a pie de playa, las calles de La isleta o los chiringutos que hay en el paseo marítimo de San José

A nosotros nos gustaba madrugar, desayunar y salir bien temprano, vale, sé que estamos de vacaciones, pero si te vas a quedar haciendo el remolón en la cama mejor nos quedamos en casa, hay que aprovechar más el día, a primera hora de la mañana tienes las playas para ti solo, luego evidentemente se van llenado de gente,  y además te da tiempo de ver muchas más cosas.

Una de las cosas que más me han gustado del Cabo de gata es que en mitad del desierto te encuentras con una playa salvaje digna de llamarla paraíso. Para acceder a la mayoría de las playas y calas tienes que recorrer algunos kilómetros por caminos de piedras que están rodeados de montañas secas, al más puro estilo far west de las peliculas americanas, otras incluso aparcas el coche y tienes que caminar un trecho hasta llegar, pero merece la pena el esfuerzo.

Sin duda de éste viaje me quedo con los atardeceres en la playa, las montañas rocosas y secas que de repente se convierten en playas espectaculares, los pueblos de casas blancas, las tapas de los bares, las playas para ti sola a primera hora de la mañana, los chiringuitos a pie de playa, la sensación de estar en pleno desierto americano sin salir del país, porque lo digo muchas veces, nos empeñamos en irnos lejos sin darnos cuenta qué más cerca de lo que pensamos tenemos lugares espectaculares como éste. No sé cuando pero volveré, porque se me han quedado algunos sitios por ver y porque tengo que hacer las fotos que nunca hice.

Nos vemos el miércoles!!!