Revista Regiones del Mundo
Fuera, hasta le fecha (y que dure), de cualquier folleto o circuito, y apenas conocida, salvo por la población de los alrededores, y sobre todo por los melillenses, ya que se encuentra dentro de su ámbito geográfico inmediato, la pequeña península que forma el cabo de Tres Forcas, y muy especialmente su costa, nos brinda unos parajes y unos rincones realmente espectaculares, y que vienen a significar un bosquejo, una pequeña imagen de lo que paisajística, biológica y morfológicamente es la gran mayoría de la ribera mediterránea marroquí, escarpada y acantilada, que se desploma sobre el mar desde las alturas de las cordilleras rifeñas como un gigante cansado y roto.
Situado a menos de treinta kilómetros al norte de Melilla, es una excursión muy recomendable de realizar en un día si iniciamos o finalizamos nuestro viaje en Melilla o en Nador.- La zona nos ofrece la más amplia gama de paisajes marinos, magníficamente conservados y donde los asentamientos humanos se reducen a unas pocas aldeas dedicadas tradicionalmente a la pesca y a una agricultura de subsistencias aprovechando los escasos lugares donde la atormentada orografía permite cultivar.- Entre los acantilados que dominan toda la costa, podemos descubrir pequeñas calas que esconden magníficas playas de arena, algunas de muy difícil acceso por tierra, y donde -en los días tranquilos, cuando los vientos, ya sean de levante o de poniente, no soplan con fuerza o vengan de contrario- las aguas azul turquesa nos permiten distinguir con su claridad la naturaleza de los fondos marinos, donde se intercalan grandes zonas arenosas entre los oscuros lechos rocosos (fotos superiores).- También podemos encontrar restos de una discreta actividad minera que tuvo lugar en la zona durante la época del protectorado, cuando la administración colonial, de la mano de una ambiciosa oligarquía industrial, soñaba con desvelar los secretos que, en forma de riquezas mineras, guardaban las recónditas tierras del Rif.- Los restos de la llamada Mina Rosita, situados en un pequeño entrante rocoso que cierra una pequeña cala de la costa oriental del cabo, nos recuerdan que los sueños de grandeza quedan a menudo convertidos en despojos sumergidos y olvidados (foto dcha.)
La población se asienta en pequeños adouares junto a los escasos abrigos naturales que ofrece la quebrada costa, coincidentes en muchos casos con los desagües de las torrenteras que se abren paso entre el caos de montes áridos e inhóspitos que se elevan por encima de los 300 metros sobre el nivel del mar, y que caen a plomo sobre él.- Así, las aldeas disponen de un pequeño fondeadero natural, generalmente una cala, para proteger las ambarcaciones, y al mismo tiempo las tierras arrastradas por las ramblas son utilizadas para el cultivo, siempre con fines de abastecimiento familiar.- El pequeño puerto natural de la aldea de Tibuda, en la costa oriental del cabo, frente a los islotes llamados "los Farallones", es de una sencillez y funcionalidad realmente llamativas, ya que aprovechan los contornos de una ribera rocosa como amarradero y fondeadero, sirviendo al mismo tiempo de protección contra el oleaje (foto izda.).
Hasta hace unos años, la zona ha permanecido prácticamente aislada y en el más absoluto anonimato para todos los ajenos a la región, debido a que la única vía terrestre consistía en una estrecha pista de dureza mediana, accesible únicamente en vehículos altos -los todo terrenos apenas habían hecho su aparición en la escena cotidiana - y con conductores pacientes y no facilmente impresionables, ya que algunos tramos tenían buenos "patios" de un par de centenerares de metros .- Únicamente los amantes de la pesca y algún que otro despistado observador de aves se aventuraban por la zona.- Esta situación comenzó a cambiar cuando el 4x4 se convirtió en algo usual en Melilla, ya que facilitó el acceso a lugares donde antes no era posble, entre ellos, el Cabo Tres Forcas.- La población de las aldeas, sobre todo las de pescadores, vieron en el alquiler de sus chamizos de pesca una fuente de ingresos alternativa, y se adecentaron numerosas casetas y casas para poder alquilarlas a las familias.- Con la construcción de la carretera, hace unos cinco años, la situación se ha consolidado, y en la actualidad el alquiler constituye una importante fuente de ingresos en las aldeas de la zona, que también han visto mejoradas sus condiciones de vida con la llegada de la electricidad hace un par de años.- Como contrapartida, muchos de los bancales que escalaban las laderas, cultivados secularmente, pero de laboreo dificil y penoso, han sido abandonados paulatinamente, y los lentiscos han ido colonizando algunas terrazas, y otras han comenzado el proceso de erosión (foto inferior: en el centro de la fotografía se observan las antiguas terrazas en la ladera, hoy en desuso).
Pero esta pequeña península que forma el Cabo de Tres forcas, no es únicamente una bella postal paisajística vacía de contenido, su riqueza naturalista como lugar privilegiado para las aves derivada de su emplazamiento geográfico en plena ruta migratoria, y como medio ambiente natural costero magníficamente conservado y sometido -hasta ahora- a una presión humana que podríamos calificar de "natural", lo convierten en un lugar de gran interés para los amantes de la naturaleza y los espacios naturales.- No en vano, ostenta la denominación de Sitio de Interés Biológico y Ecológico (SIBE), y fué declarado sitio Ramsar (protección especial para humedales y ecosistemas costeros) en enero de 2005, si bien la extensión de la zona protegida es únicamente de 5000 hectáreas, coincidentes con el extremo norte del Cabo.- Aunque este tipo de protecciones son generalmente inefectivas -pero no sólo en Marruecos, basta echar un vistazo a nuestro pais y comprobar cómo la mejor manera de acabar con un espacio natural es declarándolo "lo que sea"-, esperemos que sirva para algo, y que los negros nubarrones que acechan , con apariencia de progreso, como siempre, a gran parte de la magnífica costa mediterránea marroquí, en forma de macrourbanizaciones e infraestructuras turísticas, no alcancen estos lares.
El amante de las aves encuentra aquí un lugar atractivo e interesante para su observación, ya que son numerosas -un centenar largo- las especies, tanto de aves marinas como terrestres que pueden encontrarse por la zona, muchas de ellas residentes comunes, como la sempiterna y abundante Gaviota patiamarilla , la perdiz moruna, el Cernícalo vulgar, el Alcaudón... , y otras que visitan la zona en calidad de invernantes -como el imponente Alcatraz atlántico o el Cormorán- o en su etapa reproductora, o simplemente de paso en sus ciclos migratorios.- Para todos los interesados en este tema, les invito a leer el magnífico trabajo de campo de mi amigo de siempre Diego Jerez, fruto de muchos, pero que muchos años observando aves -prismáticos y telescopio en ristre- , cargado siempre de una infinita paciencia y una ilusión envidiable.
Pero no solo es interesante la vida aérea de la zona, una excursión entre las quebradas y laderas de los montes, sembradas de matorrales de Lentisco y Coscoja, siempre nos sorprenderá el encuentro con la relativamente abundante Tortuga mora (Testudo greaca) o el cada vez menos frecuente Camaleón (Chamaleón chamaleo), que tiene en toda esta región uno de sus últimos reductos.- Ambas especies están amenazadas por sus capturas para ser vendidas como mascotas en Melilla y otras ciudades.-
Otro de los grandes atractivos de la zona son sus costas y sus fondos marinos.- La propia orografía de la costa (foto encabezado), con acantilados que se hunden en las aguas, formando cuevas, plataformas rocosas, playas inaccesibles por tierra..., reúne las condiciones necesarias para una abundante vida marina, y la presencia en estas aguas, hasta hace bien poco tiempo, de un animal mítico como la Foca Monje (Monachus monachus), residente habitual de estas costas hasta épocas bien cercanas, y aún todavía hoy visitante ocasional de las mismas (foto superior, cedida por Isidoro Bueno del Campo, Doro para los amigos).- En este sentido cabe decir que la Foca monje está siendo una de las especies marinas más afectadas con la creación de infraestructuras en la costa norte de Marruecos.- Por ejemplo, la construcción hace unos 5 años de la nueva carretera entre Nador y Alhucemas, que discurre pegada a la costa en su práctica totalidad, y la construcción de un pequeño puerto pesquero en Afrau, ha originado la desaparición de una colonia de estos animales -de al menos tres ejemplares fijos y uno o dos ocasionales- , que estaban establecidas precisamente en Afrau, lugar frecuentado hasta entonces únicamente por pescadores.- El Cabo de Tres Forcas era el lugar de paso y de unión entre estas colonias y los sucesivos ejemplares que tradicionalmente se han establecido -hasta los años 90 del pasado siglo- en las Islas Chafarinas, situadas a unas 35 millas al sureste del Cabo.- También es un buen lugar para la observación de cetáceos, destacando la presencia del Rorcual común, el Calderón gris y los Delfines mular y común.- En este sentido, el Colectivo Ecologista Guelaya, de Melilla, tiene establecido un centro de operaciones en el adouar de Tibuda, destacando entre sus actividades, la observación y estudio de cetáceos de la zona.
El ecosistema marino propiamente dicho es también, como hemos visto, otro de los grandes atractivos del Cabo, y consecuentemente, bucear por sus aguas es una de las actividades más recomendables, sorprendiéndonos el colorido y la vida de fondos, y la diversidad de los paisajes submarinos, alternándose los lechos arenosos con arrecifes rocosos más o menos extensos, donde saldrá a saludarnos la siempre "curiosa" Morena.- En este sentido, las mejores zonas para bucear son las inmediaciones de Mina Rosita y los Farallones, dos pequeños islotes rocosos situados a unos cuantos centenares de metros de la costa, cerca de la aldea de Tibuda, y balizados con un pequeño faro (foto superior).- Podemos encontrar importantes formaciones de Coral anaranjado, verdadero termómetro de la calidad de estos ecosistemas, presente en algunos puntos de la costa mediterránea marroquí, principalmente en las zonas cercanas a Ceuta y Melilla y que dota a los arrecifes de una gran belleza plástica, al mismo tiempo que sirve de refugio a multitud de especies.- Los amantes de la fotografía submarina disfrutarán de una jugosa jornada tratando de cazar con su objetivo a la langosta, el pulpo, la raya, la curiosa vaquita suiza -molusco gasterópodo carente de concha , de color blanco y moteado de irregulares manchas oscuras, del género nudibranquio- o a cualquier otro habitante de este maravilloso mundo submarino multicolor (foto dcha.: Vaquitas suizas sobre corales anaranjados en los Farallones.- Fotos inferiores: la siempre intimidadora morena y un bando de espetones -sphyraena sphyraena-, de la familia de la barracuda; de cuerpo alargado, pueden llegar a medir algo menos de un metro, y a pesar hasta 15 kg.- Todas las fotos han sido cedidas por Miguel Ángel Estévanez).-
Para los interesados en la vida marina de la zona, les recomiendo la "Guía Marina de la Región de Melilla" , de Isidoro Bueno y Juan Antonio González, editada por el Servicio de Publicaciones de la Ciudad Autónoma de Melilla.
Ahora bien, nada puede ser tan bonito sin que exista un pero.- Una práctica habitual , desde tiempo inmemoral (existen referencias escritas desde el siglo XIX), de los pescadores de la zona, es la pesca con dinamita que, al margen del destrozo ecológico (excesivo si lo evaluamos en términos de rendimiento, ya que la gran mayoría de los peces afectados se hunden en el fondo y sólo capturan un porcentaje muy pequeño), puede suponer un riesgo personal para los buceadores, por lo que hay que estar atentos a esta posible eventualidad cuando se está cerca de la costa.
COMO LLEGAR.- Si salimos de Melilla por la Frontera de Beni Enzar, algo más de un km . después, hay que tomar un desvío a la derecha en dirección a Farkhana, para -tras una pequeña subida después de pasar esta localidad- dejar un desvío a la izquierda, y continuar hacia el norte siguiendo los indicadores hacia el Cabo.- Una decena de kilómetros después, llegamos a un cruce que debemos seguir recto, ya que el otro camino baja hacia el pequeño poblado de Charrana situado en una pintoresca cala, destino de domingo en verano para muchas familias melillenses . A partir de aquí, el camino nos brinda unas vistas espectaculares durante los quince kilómetros que nos resta hasta llegar a la punta principal del cabo, donde se ubica un imponente faro construído en la época del protectorado con una estructura semejante a la de muchas dependencias militares (foto izda.) .-En la actualidad, en el faro se ubica un pequeño destacamento militar, pero no existe problema alguno para moverse por el lugar. Inmediatamente antes de llegar al faro, observamos un pequeño sendero, que parte desde su base, perfectamente marcado, que nos llevará en un paseo de 10-15 minutos a una minúscula playa situada justo bajo la mole rocosa; es una de las más agradables de la zona .- Hacia el oeste, divisamos otra estrecha punta de tierra que se adentra en las aguas, ubicándose en su cima un curioso morabito (foto encabezado).- A sus pies encontramos la población de Tres Forcas, junto a una pequeña playa protegida de los vientos, utilizada como varadero por los pescadores (foto inferior).-
Si partimos desde Nador, debemos tomar dirección Melilla para , un km. antes de llegar a la frontera, tomar dirección Farkhana y continuar con la ruta señalada más arriba.
COMER Y DORMIR.- No existe infraestructura hotelera alguna en la zona, por lo que habría que alojarse, bien en Melilla, bien en Nador.- No obstante, los que deseen estar en la zona más de un día pueden contactar con el Colectivo Ecologista Guelaya de Melilla (http://www.guelaya.org) que tiene una cábila (casa tradicional) junto a la aldea de Tibuda, que usan como base para sus actividades en la zona (avistamiento de cetáceos, observación de aves...), con capacidad para 12 personas, donde se puede encontrar un sencillo pero agradable acomodo.
Para comer, existen un par de cafetines por el camino (uno de ellos en el cruce con Charrana), donde podemos comer unos pinchitos o unas sardinas.
Este artículo está dedicado a Rafael Gregorio Hernández Buitrago - GOYO-, amigo y compañero durante muchos años, con el que ya no puedo compartir ni momentos de Jazz ni viajes.- Gran amante de estas costas, sus cenizas nadan para siempre en sus aguas.