“Estoy orgulloso de los estudiantes antifascistas que en ciudades andaluzas han dicho que no quieren que los fachas vuelvan”, la irrupción de Vox es “preocupante” porque están “en contra de la democracia”; “escuchar a Casado es escuchar lo que dice Vox”.
No comparto el orgullo del Sr. Iglesias porque se trata de una forma poco sutil de ejercer la demagogia. Vox es una formación política que cumple escrupulosamente la ley de partidos, que se presenta a las elecciones, que hace una campaña caracterizada por la prudencia y que obtiene determinados resultados. ¿Qué hubiese sucedido si, ante la exitosa irrupción, hace pocos años, de Podemos en el panorama político, Vox hubiese organizado una manifestación “antirrevoolucionaria”?. ¿Qué les parecería a los podemitas si se dijese que su formación “está en contra de la democracia”?. O que alguien afirmase simplemente “escuchar a Iglesias es escuchar lo que dice Maduro”. La doble vara a medir ha sido tema de este espacio en numerosas entradas y la triste realidad hace que siga siéndolo.
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