Revista Libros
Y veo el cadáver de la oliva, inmóvil, negro, duro y pequeño. Solo. Y me pregunto por qué acabó así, por qué su vida tuvo que terminar de ese cruel modo, abandonada sin razón de ser en medio de la nada, despellejada y humillada sin protección. Entonces pienso que esta familia es así, una oliva despellejada sin razón de ser… solo un cadáver.
(Jessica C. Olivares)