Hoy os voy a recomendar de nuevo un negocio de hostelería. Pero esta vez se no trata de un local que me haya sorprendido por su diseño, su cocina de autor o el emplazamiento. De este negocio familiar (además de su calidad) me llevo su historia, un ejemplo de lucha y unidad llevado a cabo por gente estupenda y trabajadora.
El Café-Bar Ortuño se encuentra en Bonete, un pequeño pueblo de Albacete (Castilla La Mancha) y hoy en día son los orgullosos hijos de sus fundadores quienes se hacen cargo de este negocio que pronto cumplirá 30 años.
Desde sus comienzos, este local estuvo a la última tanto en hostelería como en equipamiento, gracias a la entera dedicación de un matrimonio que con asiduidad viajaba a las grandes ciudades para no quedarse obsoletos. Cuatro de sus siete hijos son quienes tomaron las riendas de este negocio, ofreciendo a día de hoy una gran variedad de platos, preparados con una excelente materia prima.
Además de encontrar todo tipo de pescado, carnes y marisco (siempre fresco), en Ortuño cuentan con una gran selección de vinos de todo el país. Pero si pasáis por aquí, debéis saber que parte de su fama se la deben a los gin-tonic preparados por los hermanos Rufi y Tere.
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