Revista Comunicación

El Caganer Hipster te prepara para la vida: microdelitos

Por Potoppitta @Potoppitta

Este puente, al pedirle al Caganer que me presentara a sus compañeros de curro del primer Belén Hipster, me pareció que estaba un poco enfurruñado, así que le pregunté que qué le pasaba. Según él, yo ya no confíaba en su ciencia, ni en su sabiduría. LO WHAT?!!? Pues nada, que dice, y he de admitir que razón no le falta, que hace mucho que no os prepara para la vida. Que quería volver a enseñaros a llamar a las cosas por su nombre. Yo le dije pero ¿tú te vez capaz de superar La Burbuja de los Malitos? Si es que por eso no te he llamado más. Y me dijo que por ahora no, pero que un gordo deprimido le contó algo interesante… Hoy: Microdelitos.

Vas al baño, el de tu género está ocupado y te metes en el otro. Microdelito. Echas la publicidad de tu buzón en el del vecino. Microdelito. Te sacas la tarjeta de jubilado para el metro a tus frescos 24 años. Microdelito. Te llevas un vaso bar porque te mola mucho. Microdelito. Pagas con un billete para conseguir cambio y aseguras que no tienes nada más pequeño. Microdelito. Le cambias el fondo de pantalla a tu compañero de curro poniéndole a un gordo peludo. Microdelito. Desenchufas el secador de manos para cargar el móvil. Microdelito. Llegas con el carro del Mercadona hasta tu casa. Microdelito. Te pones toda la ropa que no te cabe en la maleta y andas como un Playmobil. Microdelito. Entregas a un antiguo cliente los archivos sin trazar. Microdelito. Te llevas los platos de la comida del avión. Microdelito. Le dices a un buscasocios solidario que ya colaboras. Microdelito. Cruzas la calle obviando el paso de cebra. Microdelito. Llegas a la biblioteca y ocupas tres sitios poniendo tus propios apuntes en cada uno. Microdelito. Pagas tus entradas del cine con el carnet de estudiante de tu hermano. Microdelito. Sales a por más flyers de primera copa gratis del bar en el que estás. Microdelito. Coges auriculares en el AVE como si no hubiera mañana. Microdelito. No cambias el rollo de papel higiénico cuando se te acaba, ni el brick de leche, ni la bombona, ni pones una bolsa nueva en el cubo de la basura, ni apuntas lo que has acabado en la lista de la compra ¡MI-CRO-DE-LI-TOS!

Y aquel que esté libre de pecado que no tire la primera piedra, sobre todo, si es de la generación EGB por que a ver ¿¡quién cojones rebobinaba la película antes de devolverla al videoclub? Pues eso, microdelicuentes, eso es lo que somos.


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