Revista Baloncesto
Quien nos lo iba a decir hace apenas un par de semanas. El Barça partía como claro favorito en las apuestas ante el Caja Laboral, más aún tras deshacerse por un contundente 3-0 a Unicaja. Por su parte, los Vitorianos, sufrieron de la lindo para elimiar al Real Madrid, sin poder ganar un partido en Vistaalegre. Además no olvidemos que este año el Barça lo ha ganado todo. Sin embargo esto es lo maravilloso del basket y del deporte en general, su carácter impredecible.
Los de Ivanovic han llegado a esta final en plenitud de facultades físicas y psiquicas. La eliminatoria ante los de Messina le han dado alas y la sorpresiva victoria en el primer partido del Palau ha sido determinante. Splitter demostrando ser el pivot más determinante de la ACB, Marcelinho en plan estelar dirigiendo al equipo como un maestro y Emeterio en plan Kobe Bryant. Practicando un baloncesto práctico, efectivo y sobretodo inteligente. Ivanovic sabe que no puedes jugarle el Barçá a un marcador alto. Ha planteado ambos partidos de la misma manera. Defensa dura, al límite, ataques largos, muchos balones a Splitter para que se la juegue o buscando el corte de Emeterio. Tienen confianza. Grandes porcentajes desde el tiro exterior, fortaleza mental para no irse nunca del partido incluso estando por debajo en el marcador y muy buena aportación desde el banquillo, con Palacios, Eliyahu o Herman.
El Barça por su parte ha estado desastroso. La verdad es que el parón tras su rápida clasificación para la final no les ha sentado nada bien. De alguna manera se ha visto frenada una inercia ganadora que ahora, a finales de temporada y con toda la tralla que llevan encima, se hace difícil de superar. La primera derrota ha sido clave. No hay acierto desde fuera y eso permite a los vitorianos cerrar mucho la zona y obligar al Barça a jugar muy en estático y de forma excesivamente predecible. Ricky está espeso, Mickeal no está, Lorbek falla más de lo normal y Vázquez está ya de vacaciones.Navarro llega fundido en este rouge final de temporada, tampoco se le puede pedir más. Al único que veo realmente enchufado es a Morris. No encontramos soluciones para parar Emeterio y Splitter es mucho Splitter incluso para N’Dong.
En fin, esto está casi imposible. Nadie ha remontado una final con 0-2 en contra. Sin embargo, este Barça es capaz de eso y más. El orgullo debe salir a relucir. Si hay que caer, que sea con las botas puestas. El Caja Laboral, ante su publico jugara con mas libertad en ataque y quiza esa pueda ser una buena noticia para los de Xavi Pascual. Hay que darlo todo. No obstante, pase lo que pase, la temporada ha sido un éxito. Lástima que no se redondee con esta ACB.
En cuanto al Caja Laboral, hay que descubririse ante su directiva, su cuerpo técnico, sus jugadores y su afición. Su pundonor, su carácter competititvo y su casta le hacen ser merecedor sin lugar a dudas de esta liga.