Busqué, busqué y busqué en vano en los lugares más insospechados mi libertad.
Como un preso cuya condena le mantiene cautivo pensé que mi destino era sufrir el cautiverio de una mente atormentada por el dolor y la pérdida.
Hasta que caí rendida a tus pies, Padre, cansada de caminar por este mundo de tristeza y soledad. Y desperté del sueño que yo misma me infringía queriendo ser algo que no soy.
Padre, mi libertad reside únicamente en Ti. En Tu presencia soy libre y amada. Me siento protegida por tu abrazo amoroso. El miedo no tienen cabida en él. Sólo el Amor lo tiene.
Padre, sé tu mi guía y mi sustento. Que no busque en otro lugar que en Tu presencia silenciosa el cálido himno del reencuentro.
La melodía que suena en mi corazón y lo reconforta. El canto sagrado de alabanza que rinde tributo a tu bondad y consuelo.
Padre, mi libertad reside únicamente en Ti. Padre, mi voluntad es regresar (L-321).
Publicado en Recordando mis alas