El calor y las picaduras en niños y bebés

Seguimos en pleno verano sumidos en un calor que por ahora no da tregua, por eso desde el blog de lacestitadelbebe.es vamos a ofreceros una serie de consejos para conocer y evitar las posibles picaduras. Y es que con el calor la mayoría de insectos campan a sus anchas y pueblan playas, piscinas, césped y chiringuitos.

Bebé en la playa

Estos diminutos y molestos seres nos pueden picar tanto a nosotros como a nuestros peques, ya sea en montañosa, piscina o playa, haciéndonos pasar un mal rato. Así que al haber una gran cantidad de insectos que nos pueden amargar un rato con sus picaduras vamos a verlos para estar preparados.

Abejas y avispas

Suelen ser muy molestas ya que sus picaduras suelen provocar un intenso dolor en la zona afectada. No suelen revertir mayor complicación, pero hay que vigilar que no se tenga alergia al veneno. Hay que evitar que las picaduras se den en la boca, y en caso de alergia acudir rápidamente al médico, la alergia se mostrará mediante dificultades respiratorias al inflamarse las vías aéreas y garganta.

Suelen vivir en nidos, estar sobre las flores y lugares con agua estancada. Sobre la picadura de la abeja, si os ha picado y tenéis el aguijón todavía clavado, se debe extraer con mucho cuidado. Lo mejor siempre desde abajo con unas pinzas a poder ser para que no salga más veneno. Si los peques tienen mucho dolor o se muestra algún tipo de alergia o reacción que no es normal lo mejor es acudir al médico o pediatra.

Tábanos y mosquitos

Cuando el calor se aplaca al atardecer es cuando encontramos a los mosquitos. Sus picazos se caracterizan porque suelen causan escozor y purito en la zona afectada. Se recomienda no rascarse para no agravar la herida. Se recomienda el uso de repelentes en spray, pulseras y cualquier aparto que nos permita pasar la noche de forma tranquila.

Vamos a ver a la gran mosca, o tábano. Esta especie de mosca gran se caracteriza porque muerden no pican. Por normal general muerden a los mulos y a los caballos, pero si por mala suerte os muerde tendréis que saber que su mordedura provoca dolor, quemazón y aparición de protuberancias rojas. Si estáis afectados por su mordedura lo mejor es acudir al médico o puesto de socorrista o de cruz roja si os pilla en la playa que es lo más común. Así os administrarán antihistamínicos para aliviar la zona afectada.

Garrapatas

Pertenecen a la familia de los ácaros y se suelen encontrar en hojas, césped y vegetación. Con pasar a su lado basta para que se agarren a su huésped. Son muy comunes en los perros porque su pelaje y porque siempre están corriendo entre la maleza. A nosotros se nos suelen aferrar en la piel de articulaciones, ingles, axilas y orejas, ya que se alimentan de sangre y en estos sitios pasan desapercibidas.

Orugas y arañas

Respecto a las arañas comentar que hay muchas y una gran variedad como las serpientes, no suelen morder. Pero si te pican los efectos causados vendrán dados por el tipo de araña. Para nuestra tranquilidad por norma general las arañas autóctonas no suelen acarrear mucha gravedad, sólo se notarán los puntos del picazo acompañados de dolor y de una inflamación de la zona.

La hora de las orugas, lepidópteros a los que mejor no acercarse. No pueden picar, pero sólo con estar en un leve contacto con sus pelos pueden producirnos una dolorosa y picajosa urticaria.

Erizos y medusas

Todos sabemos que estos dos animales son de mar, así que cuando estemos en la playa tenemos que estar atentos.

La mayoría de heridas producidas por erizo es común pisarlos fuera del agua, aunque dentro también puede ser. Si nos hemos clavado un pincho, lo mejor es revisar la zona y extraer el pincho o púas. El vinagre es bueno para aliviar el dolor en la zona, lo recomendable es acudir al médico, socorrista o puesto de la cruz roja para recibir atención y mitigar los efectos de este picazo.

Las medusas son muy comunes en nuestras playas más con el calor. Se caracterizan por que son transparentes pero fáciles de ver. La picadura se da por contacto, se caracterizan por unas manchas o ronchas y dolor, pero no revisten de gravedad.

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