Continuaba la mosca rondando por la cabeza del hombre calvo y cada vez que éste se tomaba un trago de café la desvergonzada mosca aprovechaba y le deba un picotazo en la calva.Otro trago de café; pero esta vez, cuando la maliciosa mosca se acercó para picarle en la calva al hombre, éste levantó la mano y le dio un manotazo. La mosca cayó sobre la mesa y con una pata coja reclamó:_ ¡Calvo malvado! ¡Por un simple picotazo intentaste quitarme la vida!_ ¡Al que actúa con malicia, severa justicia! _ respondió el hombre calvo.La atrevida mosca con la pata coja alzó el vuelo y se marchó del lugar dolorida y enojada.PD: El que actúa con maldad, tarde o temprano recibirá su castigo.Autora: María Abreu
Guía mis pasos conforme a tu promesa; no dejes que me domine la iniquidad. (Salmos 119:133)&version;