Hace pocas horas el presidente del gobierno ha convocado elecciones para el 20-N. Con esta fecha elegida, a punto he estado de titular esta entrada: “20-N, ¡ojo! Franco resucita”. Pero no, he preferido ir más al contenido de la interpretación que el líder popular, Rajoy, ha hecho al conocer la noticia. Una verdadera inauguración de la campaña electoral, el ínclito pepero nos ha obsequiado con un mitin electoral, en el que no ha faltado nada, ni tan siquiera la petición de voto.
Jamás le había visto con una sonrisa como la que hoy tenía, está claro que con esta convocatoria le han dado gusto, y mucho. Y el hombre se ha crecido y ha hablado durante diez minutos un monólogo leído y aprendido, y después ha contestado y toreado, varias preguntas de los periodistas asistentes.
Y en ese mitin electoral, ha dicho cosas muy jugosas. Él, no va a ser menos, ha hablado de cambio, de la necesidad de un cambio, de la necesidad de que la ciudadanía tenga un gobierno en el que confiar.
Ha dicho cuestiones tan jugosas, entre otras maravillas, como que:
- La prioridad es superar la crisis creando empleo. Lo que no ha dicho es cómo y aunque él no sé si lo sabe, nosotros si que lo suponemos. Haciendo un único contrato flexible para todos los trabajadores y modificando las condiciones de la negociación colectiva a favor de las empresas, así como bajando los impuestos a las mismas. De todas formas si quiere aprender cómo se crea empleo puede preguntarle a su amiga y compañera de partido, Esperanza Aguirre, que por ejemplo, en este último trimestre ha sido la que más ha aumentado las cifras del paro de todas las CC.AA.
- Regeneración de las instituciones. Francamente aquí no sé si reír o llorar, con todo el caso Gürtel a sus espaldas, sin haber dicho esta boca es mía y habiendo consentido que en Valencia y Madrid haya imputados en las listas de su partido, o que la lideresa se salte las leyes cuando le viene en gana, el hombre quiere regenerar las instituciones. Aquí podría haberse callado, que es lo que suele hacer, pero claro, hoy estaba crecido.
- Libre elección e igualdad en la Educación. Si después de ver lo que está pasando en Comunidades como Madrid, Valencia o Galicia dice lo que ha dicho, o no se entera de nada o es un mentiroso compulsivo. A lo mejor se refiere al Bachillerato de Excelencia, a la subida del ratio en la Enseñanza Pública, a dar más medios a la Enseñanza Privada concertada que a la Pública, a la supresión de miles de profesores interinos.
- Recuperar la concordia, desde la moderación. Esto sí que parece un chiste. Después de aguantar acusaciones sin pruebas de su compañera Cospedal, después de los insultos que han pronunciado muchos de sus colaboradores, después de ver declaraciones de González Pons, y para colmo al ultraderechista Mayor Oreja cuando habla de ETA, lo de la concordia y moderación suena a sarcasmo.
A todo esto, sumen lo que no ha dicho hoy pero que él o alguno de sus colaboradores han anunciado en anteriores comparecencias, como la derogación de leyes como la del aborto o del matrimonio homosexual, el olvido absoluto de la Memoria Histórica con el apoyo a pseudo-historiadores que nos la quieren cambiar (ni un sólo pepero se ha manifestado por hacer rectificar el diccionario biográfrico insultante que pretende sacar la Academia de la Historia), las relaciones con la Iglesia Católica, con la que han coincidido en manifestaciones contra el gobierno, las triquiñuelas para dominar las instituciones judiciales, etc.
En fin, una alhaja que nos puede llegar a la presidencia del gobierno en cuatro meses. Si difícil era creer, hace unos días, a Rubalcaba prometiendo unas iniciativas que podrían haberse producido durante los años que ha estado en el gobierno, lo de Rajoy no tiene por dónde cogerse.
Yo propondría que, los notarios avalaran los programas electorales, de tal forma que quien gane y no lo cumpla, se vea en la obligación de dimitir. Sería la única forma de que los ciudadanos recuperaran la confianza en los gobiernos.
Así es que, ya saben, ha empezado la precampaña electoral, procuren agarrarse los cinturones y les sugiero que juzguen a los líderes y a los partidos por los hechos pasados, porque las promesas, al igual que las palabras, si no están bajo contrato notarial, se las lleva el viento.
Salud y República