Revista Libros

"El Camino de Baldosas Amarillas"_ La Banda Sonora Original

Publicado el 08 febrero 2013 por Baoyim

Autor: Félix Royo
 
     Nunca en todos los años que llevo en el mundo literario como reseñadora se me había solicitado que escribiera una reseña sobre la banda sonora de un libro. Bien es cierto que muy pocos libros dentro del panorama llevan asociados una música creada expresamente para evocar la historia que narran, no es muy habitual. Debido a ello no sabía cómo afrontar lo que para mí es un reto: analizar una banda sonora sin caer en el sentimentalismo o en palabras fáciles
    La verdad es que desde que me plantearon realizar este trabajo, he pasado muchas semanas dándole vueltas al asunto sin encontrar la manera de afrontarlo. Hasta que me di cuenta de una cosa: sólo debía escuchar, cerrar los ojos y comprobar si la música me trasladaba a los pasajes que ya había leído antes.
PLAYLIST
1.- Obertura · 06:15 · Piano y guitarra clásica ·
2.- Asesinato · 03:52 · Sección de cuerda, sección de viento metal, clarinete, piano, coro infantil, gran percusión y zapateo flamenco ad líbitum
3.- Rejas en el corazón · 01:30 · Piano
4.-Alejándose de casa · 03:13 · Violines, violas, clarinete, piano y guitarra clásica
5.- El jardín de Tobías · 02:24 · Clarinete y piano.
6.- Sueño · 01:53 · Violes, violas y piano.
7.- El camino de baldosas amarillas · 04:09 · Piano · Main theme.
8.- Oz · 04:41 · Piano
9.- Camino al paredón · 02:54 · Violines, violas, flauta travesera y piano
10.- Una escena de violencia · 01:37 · Sección de cuerda, trompa, flauta travesera y piano.
11.- Siguiendo a Palo · 06:26 · Piano.
12.- El teatro y el beso · 04:03 · Violines y piano.
13.- Agnus · 08:54 · Sección de cuerda y piano.
14.-Se acaba el tiempo · 03:00 · Piano.
15.-Sacrificio, vuelta y réquiem · 02:37 · Trombón, gaita, flauta travesera, piano, órgano y gran percusión. Final.
16.- Bonus track: Un epílogo inesperado.
OPINIÓN de Carolina Márquez Rojas
    Obertura lleva a un paisaje que intuyes lleno de pobreza, en una época oscura en la que la vida no era precisamente fácil. El piano marca la atmósfera donde se desarrollará toda la novela: ahogo y opresión en el alma de los protagonistas, que no pueden rebelarse ante las circunstancias de una época histórica que les ha tocado vivir, una de las más oscuras de España.
 
    Asesinato marca con la percusión el ritmo ascendente en el inicio de la tragedia que dará pie a la historia del protagonista, al destino que se le presenta sin buscarlo. El clarinete recuerda las voces en el interior de la cabeza, que se erigen en las verdaderas protagonistas que desencadenarán los acontecimientos hasta el clímax final con el sonido de un disparo que truncará la vida de alguno de los personajes. Es ahora cuando empieza el camino de baldosas amarillas...
    Rejas en el corazón es una melodía triste. Atrapado en la dura realidad, el protagonista no entiende el por qué de lo que le sucede. Tonos andaluces en el piano, la amarga y cruel realidad se impone y la lejanía se transforma en una reja que lo separa de aquello a lo que más quiere. Preciosa y sentimental.
    Alejándose de casa es aún más triste y melancólica. Perfecta la guitarra para atrapar ese sentimiento de soledad, lejanía y aislamiento del mundo. Magnífico acompañamiento de instrumentos de cuerda para reproducir la melancolía. El piano final no hace sino acentuar aún más la tristeza de aquel que lo ha perdido todo y se encuentra solo en un mundo hostil.
    El jardín de Tobías es una ventana abierta al mundo cerrado y aislado del protagonista. Un soplo de aire fresco sumado al aroma de las flores que dan algo de luz y esperanza a una vida carente de sentido. El piano infunde ánimo y vigor e incluso hace nacer una sonrisa dentro de tanta tristeza. Un atisbo de que es posible poder superar la negrura que rodea la soledad.
    Sueño es una melodía evocadora de tiempos mejores. En algunos momentos me recuerda a las antiguas melodías celtas. Soñar con el pasado siempre es mejor que vivir un presente desafortunado. Pero también se puede soñar con una vida y un mundo mejor.
    El camino de baldosas amarillas. Todo camino empieza con los primeros pasos y es el piano el que los inicia, con un tono sombrío y envolvente, queriendo transmitir lo difícil y arduo que va a ser ese camino. Largo, muy largo recorrido para llegar a un final incierto y desconocido.
    Oz es la vía de escape de un mundo siniestro y oscuro, hostil y sin sentido. Las notas alegres del piano evocan a la Dorothy saltando y bailando sobre las baldosas amarillas acompañada del coraje, el cerebro y la inteligencia para superar los obstáculos y alcanzar la meta. El mundo imaginario creado por Lyman Frank Baum es el único amigo que mantiene la esperanza y los sueños. Y a esa meta nos acompañan las notas desgranadas paso a paso.
    Camino al paredón. De nuevo la tristeza impregna los sentidos. Música para sentir que la muerte es quizás el único camino para escapar. Juicios sumarios en una España vencida y sumisa frente a los vencedores. La tarea ingrata de tener que enterrarlos. Injusticia y de nuevo un velo negro que cubre la esperanza. Magnífico piano y violines.
    Una escena de violencia es la evocación de lo maligno que existe en el ser humano. El triunfo y la maldad de los vencedores de nuevo, la humillación por parte de aquellos que se sentían superiores aplastan las ansias de escapar, de liberarse del yugo opresor de unos pocos que se creen con el derecho a manejar las vidas ajenas para su propia diversión. Tensión, miedo y angustia.
    Siguiendo a Palo. Misterio en la oscuridad. Seguir los pasos de alguien que habita en tus sueños puede no ser la mejor idea del mundo. Algo se esconde en los rincones del manicomio, es la perversidad más profunda que no debe ser conocida. Piano y algo más...
    El teatro y el beso. Una vez más, el mundo de Oz es la excusa para escapar de la realidad, una realidad compartida con los marginados de una sociedad que no entiende la diversidad ni la diferencia. Muchos personajes corales extraídos de otros mundos imaginarios. You know, David Copperfield, vuelve la alegría...
    Agnus. Una historia trágica debe contener pinceladas de amor. De ese amor que hace que todo cambie, que consiga que la peor existencia gris se tiña de color y nos impulse a querer seguir viviendo pese a todo. Envolvente y soñadora, la música te transporta en una nube de emociones. Muy hermosa, para bailar con el amor de tu vida como si te fuera la vida en ello.
    Se acaba el tiempo y no queda ya nada más que el misterio y el deseo de libertad, de escapar creyendo que eso puede ser posible y que todo no es más que una pesadilla. seguir el camino de baldosas amarillas es lo que puede conducir a la libertad. Empiezan a abrirse las puertas y las almas huyen...
    Sacrificio, vuelta y réquiem. Espeluznante inicio que sobresalta y aturde. Se advierte un trágico final y sin embargo, después de tan siniestro inicio, volvemos a vislumbrar un poco de luz. Un hermoso acompañamiento para un final lleno de esperanza. La vida se abre paso y los luchadores, los hombres de buena fe y con ansias de libertad, los que pelean por el bienestar de los demás, siempre tendrán un lugar en nuestros corazones.
   
    En definitiva, estamos frente a una gran banda sonora. Si bien no las tenía todas conmigo porque jamás había reseñado una, he de decir que la experiencia me ha gustado y ha sido muy satisfactoria. Debido a mis temores, me dispuse a reseñar la música teniendo como referencia el libro de Juan De Dios Garduño. Mi sorpresa ha sido comprobar que no he necesitado volver a leer sus páginas para recordar todos y cada uno de los pasajes a los que se refiere la genial composición. Félix Royo me los ha recordado todos sin necesidad de acudir a la novela, sintiendo en cada nota y en cada instrumento los avatares del protagonista y los acontecimientos que lo acompañan, tanto a él como al resto de los personajes y su paso por el manicomio de San Juan De Dios.
    Me gusta la iniciativa de crear bandas sonoras para una novela. Algunas de ellas tienen su propia banda al haber sido llevadas a la gran pantalla. Pero en este caso no es así, la música no se creó con ese fin y puedes escucharla mientras lees o después, con lo cual parece como si volvieras a leer de nuevo la historia pero mediante el sentido del oído y eso es, sencillamente, fantástico.
    Pido perdón si no he sabido transmitir lo que he sentido, pues soy reseñadora de letras, no de música. Aún así he puesto el corazón y el alma para hacerlo.
    Gracias a Félix Royo por confiar en mí para hablar de su trabajo y gracias a Juan De Dios Garduño, mi amigo y hermano, por mencionarme en los agradecimientos de la novela, con todo mi cariño y mi apoyo siempre. También mi reconocimiento a Daniel Exposito Zafra por el magnífico trabajo de portada.
La banda sonora podéis comprarla aquí: El Camino de Baldosas Amarillas. Félix Royo.
CAROLINA MÁRQUEZ ROJAS

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