Comprobar el éxito que tiene la adaptación de Juego de Tronos realizada por la cadena estadounidense HBO provoca distintas sensaciones. Imagino que felicidad y algo de orgullo por parte de los fieles a los libros, deseos de conocer los relatos por parte de los seriéfilos e incluso habrá quien se sienta receloso por el hecho de que pueda convertirse en algo “mainstream”. Pero en los fans de otras sagas literarias puede suscitar envidia sana.
Ese es mi caso y paso a explicarles por qué. La Torre Oscura ha sonado para mil y un proyectos de adaptación, pero los pocos intentos serios han acabado cancelados. Imaginar a Roland Deschain siguiendo su ka en la gran pantalla o en una serie ambiciosa nos parecería a muchos una gran noticia. ¿Pero qué es La Torre Oscura?
Stephen King es conocido por muchos de sus libros y por las famosísimas películas que han inspirado sus trabajos, desde Carrie hasta Cadena Perpetua (basada en una novela corta del “maestro del terror”). Esto le ha convertido en uno de los autores de ficción más conocidos en el mundo. Pero su magnum opus (obra maestra) autoreconocida es La Torre Oscura. En parte por la extensión, siete volúmenes que componen lo que quería ser “la novela popular más extensa de la historia”, y en parte por lo que significa para el propio SK, su propia búsqueda de la Torre durante 30 años de su vida.
Para evitar spoilers pondré un simple esbozo del argumento, lo necesario para que pueda picar la curiosidad: Roland Deschain de Gilead es el último pistolero de un mundo que “se ha movido”, se ha movido mucho. Al comienzo solo sabemos que Roland va a la caza de un hombre que viste de negro (con ese fantástico comienzo de la saga en su primer volumen, El Pistolero: “El hombre de negro huía a través del desierto y el pistolero iba en pos de él”) y que esa persecución forma parte de la búsqueda de la Torre Oscura. En muchas ocasiones se duda de si la propia torre existe o es una metáfora, incluso se llega a dudar de que el propio King sepa desde un principio a qué se refiere. El primer tomo sienta las bases de la historia de Roland, crea muchos interrogantes sobre el pasado de este y actúa, en definitiva, como una introducción a la saga. Es con el segundo libro de la heptalogía, La Llegada de los Tres, con el que consigues engancharte a la historia si no lo habías hecho ya.
Las dimensiones de esta saga pueden empachar a simple vista, su condición de cordón umbilical de casi toda la obra literaria de King abruma. Lugares comunes, nombres que se repiten en situaciones que son una constante en sus novelas, todo esto puede confundir a quien afronte por primera vez la aventura de Roland. En realidad, la lectura se puede y se debe hacer desde El Pistolero (primer volumen) hasta el séptimo sin problemas, pues es una historia independiente. Como acompañamiento “no obligatorio” pero sí recomendado están los cómics de Marvel, que detallan pasajes de la historia o plasman en viñeta algunos momentos importantes. Pero lo demás es rizar el rizo y solo apto para los (muy) fanáticos de SK.
Los referentes son claros, básicamente porque el autor los desvela en un prólogo que abre cada tomo. Por un lado, se apoya como punto de partida en el poema Childe Roland to the Dark Tower came, del poeta decimonónico Robert Browning, así como en el cuadro homónimo. Pero La Torre Oscura fue para SK su proyecto de hacer su propio El Señor de los Anillos. Así, las referencias/inspiraciones a la obra de Tolkien son muchas: el Mundo Medio, una propia comunidad que sigue al protagonista, alguien que se asemeja a Gollum, una lengua inventada (la Alta Lengua de Gilead) y la epicidad y el lenguaje del relato. Pero el protagonista (Roland) está claramente inspirado en el personaje de Clint Eastwood en El Bueno, el Feo y el Malo. Es más, todo el subgénero del spaghetti western de Sergio Leone influye en general en la obra por lo que tiene de mundo vasto, atemporal y geográficamente confuso (como denota el hecho de que un italiano como Leone ubicara Chicago en Arizona). Con esta extrañísima mezcla de géneros tan dispares como la fantasía, la ciencia-ficción, el western, el espiritismo (ciencias ocultas como el tarot están muy presentes) y el terror se construye la leyenda de Roland. Una leyenda que, esperemos, algún día pueda tener su equivalente audiovisual.
Y recordad: “Todo es posible en el camino a la Torre Oscura”.
También puede interesarte:
- De juegos, choques y tormentas