Con la despoblación rural desaparecieron muchas veredas de los viejos caminos y, ahora, en este momento de ligera recuperación, algunos han abierto a la brava, sin consulta previa a los pueblos y personas que los conocieron, recorridos nuevos que lo único que hacen es llevar a la permanente confusión.
Cuesta mucho ordenarlos, es evidente, lo comentaba hace unos días en Cervera de Pisuerga con Kiko, un gran conocedor del camino lebaniego, que detrás hay también muchas personas, asociaciones y ayuntamientos que han venido trabajando para señalizarlos y promoverlos.
Entre la amplia red de caminos y calzadas que siguieron multitud de peregrinos se encuentra la Ruta Vadiniense, que se dirigía a Santo Toribio de Liébana.
Arbejal, Alto de las matas, Vallegón; Vañes, si no hay agua en el pantano, la carretera vieja (la nueva es cordel); Venta Morena, San Salvador, El Campo, Lores, Casavegas; Alto Sierra de Albas, donde estaba la ermita de las nieves, lugar que fue escenario de una importante batalla de los carlistas; Casavegas, Caloca, Vendejo, La Viñona, Lomeña, Basieda, Yebas, Piasca, Luriezo, Aciñaba, Cabezón de Liébana, Frama, Potes, Santo Toribio.
Cuando, desde el Ateneo de Palencia, se planteó la promoción del Viejo Camino de Santiago, Eduardo se refirió con buen tino, a todas las gentes y ayuntamientos del norte que llevan años trabajando en la señalización y el impulso de este camino histórico.
Y otro tanto sucede con el camino lebaniego.
Lo que preocupa es que cada uno quiere un camino y algunos lo han llevado tan lejos que han cambiado su trazado. En el tramo de Vañes a San Salvador, el camino de siempre iba por Carracedo, pero no lo han trazado por allí porque molesta al oso. De Casavegas se dirigía a Sierra de Albas y alguno de los promotores lo ha llevado ahora por Camasobres, Piedrasluengas, y Venta Pepín, donde no existe ningún camino.
Otro apunte curioso: Desde Cervera a Potes no hay ningún refugio para el peregrino.
De la sección: La Madeja en "Diario Palentino".