En días pasados visitamos un parque temático que está muy cerca de nuestra ciudad de residencia y llegamos rápidamente después de salir de los infinitos trancones del casco urbano, allí hay una estación ganadera con vacas, cabras, ovejas y tiernos terneritos que se alimentan con biberón, uno tiene que comprar el contenido del biberón por supuesto, para poder suministrárselo, esto no sucede en el campo verdadero allí esto solo pasa como último recurso cuando muere la madre y ninguna otra madre criando acepta al pequeño.En la estación de porcicultura como es de esperarse hay cerdos de diferentes razas y también hay bebes que se pueden alimentar con tetero, nunca vi tantos teteros juntos: los de todos los niños visitantes mas los de los cerditos y terneros.Había otras estaciones como la de ecología donde es posible ver el rio turbio pero sin contaminación, la estación canina con bellos perros y trucos, la estación de las gallinas, bueno la de especies menores, la estación de agricultura orgánica la cual me encantó porque así deberíamos comer todos en especial los niños pequeños sin químicos que nos intoxican a largo plazo.Finalmente estaba la estación equina donde además de ver lindos caballos presenciamos un espectáculo con piruetas, sin embargo lo que más me llamo la atención fue el estacionamiento de coches para niños, habían muchos niños y muchos coches los cuales impedían la circulación de los niños y los padres, a lo largo de los diversos recorridos vi que el coche se convertía en un estorbo para los padres, los más afortunados con niños grandes utilizaban paseadores compactos pero esto no cabían por ejemplo en la carreta para ir de una estación a otra y no podían subir a los pequeños por que el terreno era pedregoso e incomodo y esto maltrata un bebe que se estremece constantemente, entonces la mamá u otro familiar cargaban al bebe y el padre llevaba el cochecito con una maleta en ocasiones lo contrario.Nuestra familia optó por una mochila ergonómica, la cual favoreció el recorrido y nos permitió movilidad y tranquilidad, contábamos con la lonchera con los alimentos del bebé un cambio de pañal en el bolso de mano y muchas cámaras digitales para registrar momentos inolvidables. De este modo nos turnamos el transporte de la bebe sin demasiado cansancio para nuestra espalda y brazos que ya tenían suficiente con un largo recorrido en el parque.Fue una tarde maravillosa en familia, la cual con gusto repetiría, me encantó llevar a mi bebe muy cerquita de mi corazón a conocer cosa nuevas y divertidas y poder contarle de primera mano de que se trataba todo lo que veía a su alrededor.
En el portabebes con la abuelita
Disfrutando del paseo