Revista En Femenino

El cáncer fue mi despertar: Cómo comenzó todo

Por Evelyn Evelyn Marin @mayorfeliz

Hola a todos. Esta es mi publicación diecisiete para la sección Compartiendo Historias del portal Mayor Feliz y que titulé  "El cáncer fue mi despertar. Inicié relatándoles mis impresiones sobre la recaída que tuve recientemente, sin embargo considero que es importante que les cuente cómo comenzó toda esta historia....El cáncer fue mi despertar. CÓMO COMENZÓ TODO (XVII)El 15 de abril del 2010 mi urólogo, el Dr. Raúl Morón*, me detectó un tumor sólido quístico gigante en  mi ovario izquierdo, de 11,2 x 9,55 cm, con recomendación de histerectomía radical. El 30 de abril pido una segunda opinión al Dr. Ramón Olivares*, un ginecólogo al que llego por referencia de una doctora amiga, el cual me propone algo menos agresivo: extraer el tumor, mandar a analizarlo mientras esperamos en quirófano y con los resultados, tomar la decisión de una histerectomía total o parcial, procedimiento que realizaría por laparoscopia (usando pequeñas incisiones alrededor del ombligo) a fin de que la operación fuese lo menos traumática posible.Ese mismo día hablo con mi ginecólogo de toda la vida, el Dr. Alejandro Martínez*, que me recomienda una laparatomía (cirugía abierta normal), a fin de visualizar totalmente el área; también me propone que asista un cirujano oncólogo para descartar cualquier problema de esta especialidad. Me decido por la opción más moderna, la laparoscopia, decisión que luego lamentaré. Le informo al ginecólogo que estoy interesada en someterme a la operación lo antes posible y él me dice que la podemos hacer a finales de mayo ya que él va a asistir a un congreso , en el exterior, en los próximos días. Al regresar, el ginecólogo me notifica que su asistente se va de vacaciones y que la operación la haremos dos semanas después, lo cual se posterga nuevamente porque el ginecólogo decide irse unos días a Margarita. Finalmente la operación se realiza a principio del mes de julio en el Centro Médico Docente La Trinidad, donde me acompaña mi familia: mis dos hijos, mi esposo, mi nuera y mis consuegros. Con ellos cerca siento que todo va a ir bien y entro a la sala de operaciones sintiéndome segura y protegida.La operación la realizan tres ginecólogos. Estaba prevista terminarla en 4 horas, pero hubo complicaciones que la alargaron y convirtieron en una pesadilla: para sorpresa de mi médico, en plena operación se da cuenta de que el tumor había duplicado su tamaño y se presentan problemas técnicos con los equipos endoscópicos, lo que hacía inviable sacarlo todo por laparoscopia, como habían comenzado. Toman las primeras muestras y las envían a analizar y el laboratorio se tarda muchísimo tiempo en entregarles los resultados, mientras que yo espero, bajo el efecto de la anestesia general, totalmente dormida en la mesa de operaciones.   Deciden terminar la operación por laparatomia (abriendo completamente) y ante el aspecto de lo que ven (el doctor Olivares me informa luego en el consultorio que uno de los ginecólogos pensaba que había cáncer, que el otro aseguraba que no y que él no estaba seguro), deciden eliminar el útero y los ovarios, procediendo a enviar lo extraído a anatomía patológica. Salgo de la operación y me recupero rápidamente. A la semana siguiente mi esposo me lleva al consultorio del doctor Olivares, a fin de revisar la evolución de la herida. Allí nos informa que en el informe de patología, que le enviaron a él directamente,  indican que se detectó un tumor maligno de 2 cm. Me entrega las muestras y las mando a analizar en dos  laboratorios más obteniendo un idéntico diagnóstico: tumor maligno mucinoso de ovario, bien diferenciado. Adicionalmente indican que el cáncer estaba encapsulado pero como la muestra llega fragmentada al laboratorio, no hay certeza de que lo sacaron completo o si durante la operación lo picaron en mi interior.Hago una cita con el oncólogo de mi papá, el cual me recomienda terminar el protocolo de este estadio del cáncer con una segunda operación y algo de quimioterapia, lo antes posible. Así que el 30 de agosto estoy de nuevo en quirófano con unos de los mejores cirujanos oncólogos del país, el Dr. Jorge Salez*. La cirugía es óptima, todas las muestras arrojan que no hay malignidad….¡¡¡Hurra!!!Me dan de alta el 02 de septiembre y reingreso, por emergencia, dos días después por una diarrea y oclusión intestinal, por lo cual me indican dieta absoluta y me colocan una sonda nasogástrica para succionar todo el líquido acumulado, que me inmoviliza por tres días. Recibo visitas de mis amigos y el resto de la familia, a los cuales saludo con alegría, haciendo los sonidos que me permite el tubo que tengo atravesado en la garganta.
En noviembre inicio la quimioterapia adyuvante, cuatro ciclos cada 21 días, que termino a finales de enero del 2011, con buena tolerancia y sin evidencia de recaída.Próximamente, más de mi historia...*Los nombres de los médicos fueron cambiados para conservar su anonimato. 


Volver a la Portada de Logo Paperblog