Ana Muñoz es uno de los mayores descubrimientos que un servidor haya hecho en los últimos tiempos. Esta aragonesa, rubia y de rojos labios, con un perfil de femme fatale que salta a la vista, es una de las voces más intensas, atractivas y misteriosas que hayan acariciado mis oídos en estos últimos meses, y siempre es un placer hablar con ella sobre música porque es una de esas personas que conoce a la perfección el suelo que pisa y tiene las ideas muy pero que muy claras. Aunque en los últimos tiempos había llevado el peso de Lousiana junto a Luis Cebrián, en poco tiempo Ana nos contará los nuevos planes y proyectos que tiene entre manos y conserva como el mejor de los secretos. Mientras esperamos que vuelva a sorprendernos con sus canciones, hoy tenemos la suerte de contar con ella para una de las secciones que más nos gustan de este blog, El Cancionero.
¿Cuál es la última canción que has escuchado antes de rellenar este cuestionario?
“How did you get so faraway”. Night Beds me enamoraron bastante desde la primera vez que lo escuché y canciones como esta se convirtieron en la banda sonora del invierno pasado. Por entonces, habían publicado un par de epés y se hallaban grabando el tercero. Hace un momento se me ha ocurrido buscarlos en Spotify y he comprobado que por fin puede escucharse “Every Fire; Every Joy”, donde reúnen canciones como la que he nombrado. Me ha encantado volver a escucharla y descubrir el sonido de la nueva producción.
¿Qué canción suena cuando te llaman al móvil?
Es el sonido de un arpa, no una canción :). Con mi iPhone mantengo una relación de amor-odio y prefiero que no suene ninguna cuando me llaman: sé que la aborreceré, sea quien sea mi interlocutor.
¿Cuál es tu canción preferida de todos los tiempos?
Me temo que no conozco a ese grupo......
¿La canción que más estás escuchando esta semana?
La semana pasada, alguien colgó en su cuenta de Twitter una lista con las mejores canciones de 2012 cantadas en francés. No recuerdo qué medio la había elaborado, pero me decepcionó un poco, de modo que hice una lista alternativa para consumo propio. Eso me llevó a comenzar la semana escuchando a algunos de los artistas y grupos franceses que más me gustan. Respondiendo a tu pregunta, “Le vent nous portera”, de Noir Désir. Creo que es una de mis canciones preferidas de todos los tiempos (ejem :). Posee el encanto de las canciones más brillantes, ligeras y luminosas del grupo, en las que la voz y el mensaje de Bertrand Cantat se alejan del malditismo, de ese halo de sombras violentas que por desgracia lo acompañará siempre.
También he estado escuchando la BSO de “Paris, Texas” (de Ry Cooder), una de mis pelis topten, que he vuelto a ver este verano.
¿Cuál es la mejor canción que hayas compuesto?
Una tarde, a principios de junio, compuse “Genérosa”. Necesitaba hacer balance del curso y dar las gracias a mi amiga Elena por ese cariño que me puso tan a salvo. Cuando quise darme cuenta, se había hecho de noche y había cambiado el nudo en la garganta por una canción. Fue un proceso súper intenso, de esos en los que una nunca sabe dónde acaba la concentración para dar paso a la evasión más elevada y pura. Probablemente no sea mi mejor canción, sin embargo, cuando me sumerjo tan profundamente en un estado compositivo, me siento liberada y reconfortada. Digamos que los fantasmas se compensan.
¿Cuál es la canción que más te gusta tocar en directo?
Mmmm... depende. Supongo que me gusta más tocar canciones recientes, aunque me sucede que sigo conectando mucho con canciones que tienen tres o cuatro años, lo que me lleva a pensar que soy una cansina, porque siempre me mueven, me conmueven y me suceden las mismas cosas de... siempre. “H muda” es una canción que no he tocado más de dos o tres veces en directo, pero que me emociona mucho.
Una canción para conducir;
No conduzco, pero asocio la carretera a los cassettes que grababa mi padre para escuchar durante los viajes, cuando mis hermanos y yo éramos pequeños. También la asocio a una canción de Oceansize, llamada “Trail of fire”. Los coches no me apasionan, excepto en verano. Me gusta bajar la ventanilla y disfrutar de la música con la irresponsable libertad que proporciona el asiento del copiloto, en carreteras secundarias en las que mi cometido se reduce a cero.
¿Con qué canción te despiertas cada día?
Uffff... ¡suena un campanario! Pero hace poco tomé casi por costumbre escuchar “Hi Life”, de un grupo que me encanta llamado Syd Matters. Me gusta mucho cómo progresa esta canción, me va entonando, me hace bailar y cantar, algo que debería ser obligatorio antes de tomar el desayuno.
Una canción que te haga bailar;
Para bailar como salvajes: "Onades de nit”, de Inspira. Es la gloria, una canción inmensa que habla de la noche de una manera absolutamente evocadora. En directo he llegado a verla interpretada con dos baterías sobre el escenario (el segundo Ricky Lavado, de Standstill). En “Onades de nit” también colabora Enric Montefusco.
Para bailar más civilizadamente: “Padam”, de Benjamin Biolay. Es divertida, elegante, fresca y sensual. Estoy tratando de aprender la coreografía, así que no te preocupes: yo te llevo.
Una canción que pueda hacerte llorar;
“Corazón de Juguete”. La escucho a veces, mientras paseo, y me siento acompañada. A Fon Román lo aprecio mucho porque, con independencia de la admiración que me despierta musicalmente (que es gigante), rasca donde pica, pone la mano y la palabra donde duele. A veces paseo por no llorar. Otras veces me pinto los ojos con sombra muy negra como medida disuasoria ante el llanto. En serio. Y, el resto de veces, me digo: “A la porra”, y lloro mucho, aunque esté en la calle y se me corra el maquillaje.
Una canción para cantar en la ducha;
Ups, mis duchas son tan frías y rápidas que no me da tiempo de cantar. Lo que hago, en ocasiones, es canturrear alguna frase que me parece que puede llevarme a componer una canción. Pruebo sobre distintas melodías hasta que una me convence y solo la grabo si, cuando he salido de la ducha y me he vestido, me sigo acordando.
Una canción con sabor a verano;
“Perth”, de Bon Iver, me sabe a verano, a cerezas y a ser valiente. De junio a septiembre es una buena época para emanciparse de los miedos y hace un año me ocurrió, aunque llegado el otoño mudé de piel, mudé de sábanas y mudé de todo. Hasta enmudecí. En cualquier caso, lo que sucede a partir del minuto 2'33 de la canción es sublime.
Una canción con sabor a invierno;
“Russian winter”. Lone Wolf es un artista que me fascina, en unas semanas sacará nuevo disco y me siento feliz y orgullosa de haber contribuido como “pledge”. Otra canción con sabor a invierno es “Young bride”, de Midlake. Ahora recuerdo que, durante un tiempo, fue la primera que escuché cada mañana, antes, durante o después de salir a correr.
La mejor versión que hayas escuchado nunca;
No es la mejor, pero me flipa la versión que Walk off the Earth hicieron de “Somebody that I used to know” (de Gotye). Visualmente son un espectáculo y me temo que, sin esa imagen tan potente de los cinco miembros tocando una misma guitarra, dicha versión perdería todo su atractivo, al menos para mí. En cualquier caso, me maravilla que hayan contribuido a su escucha mucho más que el propio autor.
Por otra parte, Paul Marshall (Lone Wolf) me parece un buen adaptador de canciones. Me impresiona que las enriquezca tanto desde un punto de partida más minimalista y sencillo que el original. Hay mucha expresividad en su voz y en su forma de tocar la guitarra o en los ambientes tan cautivadores y sutiles que genera con los teclados. En su caso y casi siempre, menos es más. Recomiendo “From across the sea” (de Jeniferever) y su recién estrenada “Wealth” (de Talk, Talk). El videoclip de esta versión ilustra bien esa expresividad en la música de mi amigo Paul.
Para terminar... si se acepta, “Todos de pie (prefacio)” y “Canción sin fin (epílogo)”, de Standstill. Son dos caras de una misma moneda que articulan la estructura circular de ese disco y su deseo de hacer algo conceptual. La primera es triste y habla de una muerte, angustia, te quita el aire. La segunda es alegre y habla de un nacimiento. El estribillo es precioso. Juntas, me parecen un ejercicio de virtuosidad muy valioso.
La canción que más te haya emocionado escuchar en un concierto;
Pues... alguna de Standstill (sin entrar en detalles, que en la última respuesta me he excedido).
La canción que te transporte a tu niñez con más fuerza;
“Walking on the Moon”, de The Police. Sin dudarlo. Mi hermano no había nacido o era muy bebé, y la que se convertiría en su habitación solo tenía un sofá-cama, una alfombra de flecos blancos y un pequeño mueble con el tocadiscos y la colección de vinilos de mi padre. Él nos contaba a mi hermana y a mí que bailar “reggae” era como caminar sobre la Luna (o viceversa), y nosotras lo imitábamos caminando sobre la alfombra, levantando mucho los pies a cada paso, lennnnntamente. De mayor quiero volver a esa época y creerme que la vida es algo tan bonito y fácil como eso.
Una canción de despedida;
Prefiero decir “adiós”
(de Egon Soda).