En pocas palabras …
El río Lobos, a su paso por Burgos y Soria, se encaja entre las rocas formando un sinuoso cañón de 25 kilómetros de longitud, cuyas paredes en ocasiones pueden llegar a 200 m de desnivel.
El paisaje se caracteriza por rocas desnudas de imponente belleza con extensos sabinares y grandes pinares que se prolongan hasta la Sierra de Urbión.En esta ocasión, la huella del hombre logra contribuir a realzar aun más la belleza natural del paisaje. Son el castillo de Ucero construido sobre un promontorio rocoso a las puertas del cañón, y la ermita románica de San Bartolomé de origen templario.
La fauna es la típica de los grandes ambientes que protagonizan el paisaje. En los cortados rocosos nidifica una nutrida población de buitre leonado además de otras rapaces mientras que en tierra firme destacan el ciervo, el corzo, el jabalí o el lobo.
Un poco de historia
Al igual que otros cañones similares, como el del río Duratón o el del Riaza, el cañón del río Lobos ha estado ocupado por el hombre desde siempre. Del paleolítico se han encontrado pinturas rupestres esquemáticas, como en la Cueva de los Conejos, en Ucero y de la edad de hierro castros en Ucero, Pelendones y San Leonardo de Yagüe.
Los romanos también han dejado su huella. Son notables los restos del canal de 18 km que llevaba el agua desde las fuentes del río Ucero hasta Burgo de Osma. En Ucero, este canal queda excavado en la roca, por donde se puede pasar andando. Es conocido como la Cueva de la Zorra.También los musulmanes ocuparon estos territorios que fueron más tardes reconquistados por los reinos cristianos, que repoblaron la zona dando lugar a nuevos pueblos como Hontoria del Pinar y construcciones defensivas, como el Castillo de Ucero.
A comienzos del siglo SXIII, el rey Alfonso VIII llega a un acuerdo con el abad de San Pedro de Arlanza y le cambia ciertos bienes por los territorios del parque y es así como pasan de la corona a manos eclesiásticas hasta la llegada de Felipe II que lo recupera para la corona.
No se puede terminar esta breve introducción histórica sin mencionar la Cabaña Real de Carreteros, una asociación formada por todos los carreteros de España que se dedicaban al transporte de mercancías. Fue instituida por los Reyes Católicos en 1497 y la integraban 15 pueblos de Soria y Burgos. Llegó a reunir cerca de 6.500 carretas y más de 17.000 bueyes. Transportaban todo tipo de mercancías, como carbón, madera, sal o cereales y fueron muy importantes para la prosperidad economía de la zona.
De lanas, frontones, pucheros y setas
Durante la Edad Media el eje de la economía castellana era la lana, que se exportaba a Inglaterra, Flandes y Alemania y eran los Carreteros de la zona los que la transportaban desde los lavaderos y secaderos segovianos y burgaleses hasta los puertos del Cantábrico, en donde se embarcaba.
En parte, aquella prosperidad se puede percibir en la arquitectura de algunos pueblos bien conservados como Aldea del Pinar y Casarejos.
La casa pinariega típica de la zona, tiene dos plantas. En la planta baja, construida de mampostería, esta la cuadra y la cocina y en la planta superior las alcobas. Su cocina es muy singular, pues el techo tiene forma de campana rematada por una gran chimenea, por donde entra luz al interior de la casa.
Entre los juegos populares de la zona destacan la pelota a mano, por lo que en los pueblos son frecuentes los frontones, y el corte y arrastre de troncos.
En la gastronomía hay muchos platos relacionados con los pastores y carreteros. Destacan el ajo carretero, que es una sopa con carne, la caldereta pinariega, las migas pastoriles, el panturrillo, que son manitas de cordero con tomate y cebolla, y el puchero de garbanzos con morcilla.
En temporada también hay mucho plato de setas. Perretxico, boletus, rovelló, senderillas se pueden encontrar con relativa facilidad y la ayuda de alguna de las estupendas guías de setas que hay. A tener en cuenta que más del 65% de la producción de setas se encuentran en los bosques de pino silvestre y pino resinero.
La mayor parte de Castilla y León, tiene regulada sus áreas de recolección de setas, por lo que es necesario obtener un permiso para la temporada.
La naturaleza
En el sur del parque, sobre los sustratos calizos, predominan extensos sabinares albares, con algunas carrascas, pino laricio y quejigos, acompañados de un importante cortejo de plantas aromáticas y medicinales. Al norte, grandes masas de pinar se prolongan durante kilómetros hasta la Sierra de Urbión.
Otros ambientes vegetales son la ribera del río, con el típico bosque de galería, y los paredones calizos, que cuentan con una vegetación propia.
La fauna es la típica de los grandes ambientes que protagonizan el paisaje. En los roquedos nidifica el buitre leonado (135 pp), sin duda la especie más representativa del parque. También hay águila real (2 parejas), alimoche (7parejas), halcón peregrino (5 parejas), chova piquirroja, roquero solitario, vencejo real, gorrión chillón, escribano montesino y collalba negra. En invierno se pueden ver algunos treparriscos y acentores alpinos.
En los pinares, además de rapaces forestales y una pléyade de pajarillos, hay piquituerto, reyezuelo sencillo y en algunos enclaves verderón serrano. La riqueza ornitológica se ve reforzada por las especies que viven en las parameras, como el bisbita campestre, curruca rabilarga, chotacabras gris y pardo, alcaudón dorsirrojo y escribano hortelano entro otros. Sin duda un excelente lugar donde aprender a ver aves.
Entre los mamíferos destacan el ciervo, el corzo, jabalí y el lobo; en los ríos la nutria y el desmán de los Pirineos, especie exclusiva de la Península Ibérica y en las cuevas una gran variedad de murciélagos.
Proponemos un par de interesantes rutas por el cañón del Río Lobos y una selección de vídeos sobre el parque para inspirar la visita.
Que lo disfrutes !!!