Revista Insólito

El cansancio mental

Por Rferrari @saludigital

Nuestra mente nos permite soñar, idear, pensar, proyectar, sentir y generar expectativas mientras interpreta la realidad que percibe a través de los sentidos.

El pensamiento puede ser beneficioso o nocivo, positivo o negativo, necesario o inútil, insípido o creativo, elevado y sublime o destructor y desgarrador. Muchos pensamientos son innecesarios,  si no gestionamos bien toda la actividad de nuestra mente, el cansancio mental se convierte en nuestro compañero inseparable. Es una fatiga que provoca dispersión, pereza, falta de atención y de claridad y que además, disminuye nuestra capacidad resolutiva.

En cambio, cuando se está inspirado y motivado, la mente nos revitaliza y genera pensamientos creativos que suscitan energía y fuerza. En un estado creativo, los pensamientos son prácticos, poéticos y manifiestan belleza. La mente está abierta y puede ver lo extraordinario en lo aparentemente corriente. Desafortunadamente, este estado mental no suele durar mucho.

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Más bien nos sumergimos en una actividad mental estéril y agotadora. Cada individuo genera unos 50.000 pensamientos al día, muchos de los cuales son repetitivos y mecánicos. Otras veces se da vueltas una y otra vez sobre cosas que no se pueden cambiar. Son pensamientos que suelen referirse al pasado. No llevan a ninguna parte y agotan.

Cuando se vive en un tren de pensamientos innecesarios y debilitantes, viene bien plantearse algunas preguntas que ayuden a desactivar ese mecanismo repetitivo y lleven a una reflexión más productiva y estimulante.

Por ejemplo,

¿Para qué pienso lo que estoy pensando?

El primer paso es encontrar el propósito, porque permite darse cuenta de lo inútil de ese pensamiento y cambiar el rumbo.

Otra práctica aconsejable es intentar no utilizar demasiado los tiempos verbales condicionales, ya sean en pasado o en futuro. Por ejemplo: “Si hubiera estado ahí en esos momentos, no habría sucedido esa desgracia”. “Si hubiera tenido esa información a tiempo, habría ganado ese caso”. “Cuando tenga el título seré más respetado por mis superiores”. “Cuando él cambie estaré mejor”.

Como el pasado pasó y el futuro aún tiene que venir, este tipo de juicios no son útiles, debilitan y agotan. Es tan importante aprender a transformar como a no crear estos pensamientos sobre asuntos que no podemos cambiar o que no depende de nosotros que cambien. Así se estará más concentrado y se tendrá mayor claridad para tomar las decisiones adecuadas.

Otro aspecto que agota es nuestra tendencia a planificar: reuniones, encuentros, acciones, lugares, horarios…

Cuando las cosas se suceden una tras otra según los planes creemos que todo va mejor que cuando los imprevistos nos obligan a cambiar nuestros  planes. Si te atas a tu plan, dejas de registrar las señales  del aquí y ahora  y gastas mucha energía en tratar de que  la realidad se amolde a tu idea y no al revés. Al forzar nos cansamos. A veces es nuestro cuerpo el que nos pide descanso, pero como el plan era otro, nos forzamos a cumplirlo.

Ainhoa es una mujer  de 45 años, que se encuentra en un punto de inflexión en su carrera profesional que ha retomado después de varios años en los que se dedicó a la crianza de sus hijos. Sigue en la misma empresa pero las cosas han cambiado y ella también. Recuperar el espacio laboral le ha significado ampliar el tiempo dedicado a actualizarse profesionalmente mientras mantiene su rol de madre de hijos adolescentes que esperan que les solucione todo, su marido también está acostumbrado a esperar que ella tenga todo al día, que nunca esté cansada o desorganizada. Ainhoa cuenta angustiada,  que se obliga a cumplir todo su planning diario los planes y los compromisos que ha adquirido, forzándose a cumplir los horarios impuestos por otras personas importantes para ella.

Aunque percibe que debe parar, se obliga a seguir, está agotada mentalmente. A veces hemos planificado algo, pero cuando llega la hora sentimos que no es el momento o que en realidad no es tan necesario hacerlo, en esos casos  es importante detenerse unos minutos para replantear la situación.

A veces el cansancio mental también se relaciona con un conflicto entre lo que nos gustaría que fuera y lo que es, entre las decisiones que dije que tomaría y lo que en realidad logro hacer. Todo esto se transforma en una fuente de estrés en el que el ruido mental es el principal protagonista.-

El estrés tiene tres etapas:

  • ALARMA
  • RESISTENCIA
  • AGOTAMIENTO

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El cuerpo envía señales  en forma de signos y síntomas para indicar que la carga de pensamientos, emociones, demandas etc. ha superado a la resistencia del sistema . Y ¿Qué es un síntoma? un dolor de cabeza, un dolor de estómago, problemas de sueño, falta de aire, falta de concentración, irritabilidad. Un síntoma nos brinda información. Depende de nosotros interpretarla correctamente.

Un plan de control del estrés y el cansancio mental debe trabajar en tres áreas:

CUERPO:

  • Realizar a intervalos de 15 a 20 minutos  por cada hora de trabajo  sobre todo si es un trabajo sedentario. Este descanso debe incluir, moverse, hacer ejercicios de relajación, alejarse de las pantallas ( no checkear el telefono movil), respirar, mantener conversaciones triviales, beber agua y comer un snack natural, etc..
  • Incluir actividad física aeróbica pautada un mínimo de 30 minutos, tres veces por semana: caminar, andar en bicicleta, nadar, bailar
  • Eliminar la comida “basura” y aumentar el consumo de frutas, verduras y legumbres, prefiriendo la comida variada y sin restricciones alimentarias.
  • Reducir el consumo de bebidas energizantes o refrescos con cafeína
  • Controlar la ingesta de alcohol de alta graduación
  • Eliminar el tabaco
  • Controlar los horarios de sueño para lograr un mínimo de 6 horas de sueño continuado
  • Cuidar la ergonomia de nuestros espacios de trabajo y de descanso

MENTE

  • Ejercitar la atención y la concentración
  • Eliminar la rumiación: no quedarse “pegado” siempre a la misma secuencia de pensamientos
  • Plantearse claramente objetivos a corto y mediano plazo y aprender a poner en perspectiva todo aquello que tienda a complicar nuestras metas
  • Priorizar
  • Gestionar en forma realista los tiempos que cada actividad requiere
  • Gestionar las expectativas sobre el propio rendimiento
  • Desarrollar nuevas habilidades y competencias
  • Controlar el uso de  pantallas (ordenadores, teléfonos móviles, televisores, playstation)

EMOCIONES

  • Trabajar la autoestima
  • Evitar conflictos innecesarios
  • Desdramatizar
  • Estimular los sentidos : música, olores, sabores, no como expecpción sino como la regla
  • Estimular las relaciones personales estables
  • Fomentar los espacios de ocio creativo : hobbies, viajes, lectura, cocina…todo aquello que podemos hacer “por que si” y no porque debemos hacer

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La frontera final del manejo del cansancio mental es la filosofía con la que abordamos nuestro proyecto de vida.

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