Cuando leí la sinopsis de este libro, calificado como thriller psicológico, pensé que durante la lectura iba a tener "el corazón en un puño", pero era más la curiosidad que tenía por conocer su historia que la inquietud que me inspiraba.
Todo fue cambiando al avanzar en la novela, thriller si, pero no terror psicológico.
En este libro nos encontramos con dos protagonistas que se reparten el peso de esta narración.
Víctor o Maquiavelo es un hombre que lleva una vida aislada y solitaria empujado por las circunstancias vividas, aceptando con resignación su existencia. Se aferra a dos pretextos que son la guía que dirige sus actos y decisiones, y no permite que nada ni nadie le empuje a modificar un ápice de su vida estructurada.
Ángel o Mephisto es un adolescente, vive en un pueblo junto a sus sencillos y trabajadores padres que intentan colmarlo de cariño y atenciones. Pero Ángel manifiesta ser una persona antisocial con un gran egocentrismo y una extraordinaria inteligencia que utiliza tanto para escribir como para controlar su entorno.
En esta novela veremos como estas dos vidas se van entrelazando, empezando por la obsesión de uno de sus protagonista y pasado el tiempo por la necesidad del otro.
Estas dos grandes mentes van dirigiendo esta historia según la exigencia de cada uno y para satisfacer sus deseos, y nos lleva a un final escrito casi por ellos mismos.
La autora nos muestra en esta novela una visión del mundo del escritor, alguna que otra crítica y la lucha de muchos escritores por crear una obra inolvidable. Todas las vivencias de estos personajes van enfocadas a escribir, incluso la narración del libro que crean es parte de sus personalidades, deseos y angustias.
Es una novela que os engancha y que se lee con facilidad, bien narrada y construida, creciendo en interés con el paso de los capítulos y con un final acorde al nivel de la obra.
No os defraudará, y os dejará buen sabor de boca. Os la recomiendo.