El lema capitalista que afirma que el dinero da la felicidad se sustenta básicamente en la noción del fetichismo de la mercancía basada en el consumismo y de una cierta forma de poder sobre los otros a través de diversos mecanismos o estrategias. La "espiritualidad" en el Capitalismo es sustituida por la idea del placer y del poder en sus distintas variantes que acaba esclavizando tanto a los dominadores como a los dominados al ser dependientes unos de otros del Sistema que los mantiene sujetos, es decir, atados, en esa premisa consiste fundamentalmente la religión capitalista.