En estos tiempos actuales en los medios de comunicación, controlados por personas dados a la manipulación y la exageración, encontramos frecuentemente la exaltación deportiva como la culminación suprema. El deporte concentra una serie de valores que lo hacen especialmente proclive a este tipo de manejos. No es algo nuevo. Si acaso, la exaltación del deporte femenino que se produce en algunos países (España, por ejemplo), sin tener verdaderos motivos para ello.
Pero esa es otra historia. A lo que voy. Los medios están tan autodrogados con sus propias tonterías que ya apenas saben ver las auténticas gestas deportivas. O las relegan incomprensiblemente. De manera que apenas les dedican unos minutos escasos o una columna en la prensa. Afortunadamente en Estados Unidos todavía sí se les concede tiempo y espacio. Una de esas gestas ha tenido lugar hace poco y es de las que engrandece el deporte y lo convierten en eso que sí merece exaltación.
Dos protagonistas: los estadounidenses Kevin Jorgeson y Tommy Caldwell.
Un lugar y un logro histórico: alcanzaron la cima de la pared de granito El Capitán, situada en el Parque Nacional Yosemite, California, de 2.300 metros de altura, y considerada como la más difícil de escalar del mundo. Lo hicieron por la vertiente más compleja, y ayudados sólo por sus pies y manos.
Jorgeson, de 30 años, y Caldwell, de 36, son los primeros en ascender por la ruta más difícil, conocida como Dawn Wall, y hacer cima sin usar ayudas artificiales ni cuerdas, sólo listas en caso de caída, como puede verse en las fotos de esta gesta deportiva.
Durante la escalada, Jorgeson y Caldwell comieron y durmieron en tiendas colgantes y se comunicaron con los aficionados, familiares e interesados a través de los teléfonos móviles y las redes sociales, como Facebook, en las que han ido documentando sus peripecias colgados de una pared tan lisa que apenas deja hendiduras para meter los dedos.
Esto sí merece un reportaje en las cadenas de TV de todo el mundo y los halagos de los periodistas deportivos, ya que se trata de la prueba más importante para los escaladores, y un hito histórico que han logrado alcanzar después de 19 días, una hazaña que comenzó el 27 de diciembre pasado y que conquistaron sólo con el esfuerzo en escalada libre (freeclimbing), que debe usar únicamente el cuerpo para trepar.
Kevin Jorgeson y Tommy Caldwell son dos estrellas de este deporte en Estados Unidos, merecidamente, y si usted aún no los conoce debería plantearse qué diantre de noticias deportivas le cuentan los medios en primera plana.
Además de la gesta deportiva, hay otra de carácter humano, y es que Caldwell, que ya fue campeón del mundo con sólo 16 años, e iba primero en la escalada a El Capitán, decidió esperar a su compañero, Jorgeson, con lesiones en las manos y obligado a descansar durante varios días después de perder la piel de los dedos por la dura ascensión. Seis horas después de arrancar el último tramo rumbo a la meta y a la historia, Caldwell esperó a su compañero para hacer cima juntos.
Esto, señoras y señores, sí es deporte y nos recuerda que todos nuestros sueños son posibles si los intentamos.
BD athletes Tommy Caldwell and Kevin Jorgeson attempting to free El Cap’s hardest climb – PART ONE
BD athletes Tommy Caldwell and Kevin Jorgeson attempting to free El Cap’s hardest climb – PART TWO