Esta vez no ha caído una flor.
Ha sido un capullo.
Es una pena porque no le ha dado tiempo a desarrollarse y el capullo ya ha caído de la rama. Ha impactado en el suelo, inmaduro, solo e incomprendido. Los otros capullos, siguen a salvo en sus ramas para crecer, pero él, el capullo caído, tan bonito y joven, acaba aquí su ciclo.
No querría ver más capullos inmaduros caídos de la rama …
Camelia dixit.