Celebración popular que tiene lugar inmediatamente antes de la cuaresma cristiana (que se inicia con el Miércoles de Ceniza), y que tiene fecha variable (entre febrero y marzo según el año). El carnaval combina elementos tales como disfraces, grupos que cantan coplas, desfiles y fiestas en la calle. Pese a las diferencias de celebración en todo el mundo, su característica común es la de ser un período de permisividad y cierto descontrol. En sus inicios, con un cierto sentido del pudor propio de la religión, era un desfile en que los participantes vestían disfraces y usaban máscaras. Sin embargo, la costumbre fue transformando la celebración hasta su forma actual.
Según algunos historiadores, los orígenes de esta festividad se remontarían a la Sumeria y el Egipto antiguos, hace más de 5.000 años, con celebraciones muy parecidas en la época del Imperio romano, desde donde se expandió la costumbre por Europa, siendo llevado a América por los navegantes españoles y portugueses a partir de fines del siglo XV.
Este año, el comienzo del Carnaval corresponde al miércoles 22 de febrero y acabará el miércoles de ceniza, el 29 de febrero. En nuestro país es una antigua celebración festiva documentada desde la Edad Media y con una rica personalidad propia a partir del Renacimiento que ha quedado recogida en la literatura española y otras artes localizadas en los diferentes pueblos que componen el Estado Español. Como en el resto de los carnavales mundiales, supone una suma de diferentes fiestas paganas asociadas a las celebraciones cristianas, en este caso a la Cuaresma. Con una historia y planteamiento más recientes son conocidos con rango internacional los modelos gaditano y tinerfeño. En casi todos los modelos de fiesta carnavalesca española tiene especial tradición el Jueves Lardero. Los carnavales de Santa Cruz de Tenerife, Cádiz y Carnaval de Águilas (Murcia) tienen la categoría de Fiesta de Interés Turístico Internacional.