El carnicero que no deja de ser blanco de los asaltantes

Es José Escañuela (41), quien sufrió 4 asaltos en 9 años. El sábado, 2 ‘motochorros’ le robaron $11.500 y 3 celulares.Por Raúl Tapia - Diario De Cuyo’El Gobierno castiga al que trabaja y al que no hace nada lo premian. Hace 25 años que estoy anotado en el IPV y aún sigo alquilando. ¿Qué clase de justicia social tengo yo que me han robado tantas veces? Soy un laburante y estoy podrido de que me asalten’. Indignado, así estaba José Marcelo Escañuela, un comerciante de 41 años, luego de sufrir el cuarto asalto en 9 años en su mercado de Hipólito Yrigoyen 2141 Sur, Rivadavia. Dos ‘motochorros’ armados entraron al negocio, redujeron al comerciante, a su esposa, tres empleados y una pareja de clientes para sustraer $11.500 y 3 celulares, precisó Escañuela.
Desde 2005, ‘Mercado Marcelo’ ha sido blanco de asaltos y el último ocurrió en 2010. Pero el sábado en la noche, la racha sin asaltos se cortó. Eran las 21.07 cuando un sujeto encapuchado entró con un revólver (sería calibre 38) y amenazó a una pareja que estaba pagando en la caja. Luego amenazaron a Laura, la esposa de Escañuela, y a dos empleados que estaban en ese sector. El malviviente los hizo tirar al piso y en ese momento ingresó su cómplice, quien llevaba puesto un casco. Este último sujeto enfiló hacia el fondo del negocio donde se encontraba José con otro de sus empleados.
‘El que entró primero estaba medio nervioso, el otro se lo veía más tranquilo, como que sabía lo que hacía. Fue un momento horrible’, dijo Laura.
Tras reducir a las primeras víctimas, uno de los ladrones fue hasta el sector donde atiende Escañuela y le sustrajo $9.000 y dos celulares. Después regresó hacia la entrada del negocio y de la caja registradora sacó otros $2.500. Además, le llevaron el celular a Laura y hasta amenazaron con dispararle al verdulero porque estaba parado, comentó el comerciante.
Finalmente, los malvivientes escaparon a bordo de una moto 110cc y luego las víctimas llamaron al 911. ‘Es el cuarto robo que sufro y ya no sé qué hacer para frenarlos. Hasta puse cámaras, pero igual me siguen asaltando’, dijo Escañuela, resignado.