M. H. Lagarde.-Ante un grupo de periodistas hispanos reunidos en la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se declaró decepcionado por la decisión tomada por el Tribunal Supremo Popular de La Habana respecto a la apelación del contratista norteamericano Alan Gross.
“Nosotros no esperábamos algo diferente de las cortes cubanas, pero creemos que el gobierno cubano debería tomar la decisión correcta de permitir el regreso de Alan Gross con su familia”, señaló el mandatario.
Según Obama, el ciego que no quiere, o puede -por razones electorales- ver cambios en Cuba, en la Isla existe un “sistema opresivo. No hemos visto que Cuba reconozca lo que está pasando alrededor del mundo: un movimiento continuo por libertad y respeto por los derechos humanos”.
Obama no aclaró, sin embargo, cuáles eran tales movimientos "democráticos" que los cubanos no reconocen, si los disturbios de Londres, la represión policial contra los estudiantes chilenos y los indignados en España, la silenciada revolución "árabe" en Israel, la crisis económica por la que atraviesa Estados Unidos o la invasión de la OTAN a Libia.
¿La decepción de Obama tendrá que ver con "razones humanitarias" o con el fracaso de los programas del gobierno que él dirige para subvertir a la Isla?