Revista Cultura y Ocio

El caso de las cuñadas desatendidas

Por Francisco Enrique Perez Ruiz-Poveda @PATXIPE
EL CASO DE LAS CUÑADAS DESATENDIDAS

Queda inaugurado el patio por hoy.Sí, así es, la cuñada del nosequé izquierda ya ha comenzado a gritar  a la hermana de su marido. No hay día que fallen, y en el utópico caso que fuera así, todos los habitantes del patio estaríamos muy preocupados.Estoy convencido que la zarzuela, tan española, debió comenzar así, dos mujeres peleando por un hombre, aunque el sexo no ande por medio, desafinando más que en la obra musical claro está.Siempre he creído en el misterio de la Santísima Trinidad, porque el caso de las cuñadas desatendidas es un claro ejemplo de, como se decía en época de Franco, “uno y trino”, aunque con el nexo de unión entre ambas, el marido de una y hermano de la otra, hay que practicar la fe porque debe de existir aunque prácticamente no se manifieste ni de palabra ni de obra.

He pensado más de una vez, debido a su presencia tan patente, al menos desde el punto de vista auditivo, que los “hombres del tiempo” en su programa diario debieran de atender estas necesidades, y en cada programa abrir un pequeño apartado diciendo algo así como “Mañana va a ser un día poco proclive a discusiones en el patio debido a la cantidad de litros que van a caer por balcón. Se sugiere que se deje todo tipo de discusiones realmente innecesarias, para el martes de la próxima semana, en el que sin duda el sol canicular será un buen espectador para todo tipo de reivindicación familiar”.
Sería una buena solución para evitar este torneo diario en el que los únicos perdedores siempre son los  pacientes vecinos .
No hay día que no me imagine al “Señor” de esa casa como a un hombre entrado, y salido, de carnes, con sempiterna camiseta de tirantes, y ombligo, cual periscopio enemigo, siempre alerta sobresaliendo  de esa camiseta eternamente sudada.
En el País Vasco las edificaciones conocidas como de “protección oficial” se hacen sin balcón, y más de una vez he pensado que esta medida se tomó para evitar este tipo de espectáculo que aunque puede ayudar a entretener al pueblo en general, las autoridades fiscales no van a sacar, en realidad, nada en limpio.

Voy a proseguir pintando uno de los cuadros que tengo a medio terminar, pero se me plantea una gran duda: ¿Pongo la radio o espero a que el espectáculo de las “cuñadas desatendidas” continúe? Lo bueno que tiene esta "performance" es que no tiene publicidad, y además es un buen ejemplo de improvisación en el que, por ambas partes, nunca dejan de sorprender.*FOTO: DE LA RED


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