Revista Historia

El Castell de Fels, curiosidades e historia de un tesoro patrimonial del Baix Llobregat

Por Ireneu @ireneuc

Uno de los espacios de ocio más populares entre los habitantes del Baix Llobregat y Barcelona ha sido, y todavía es, Castelldefels. Sus pinedas y sus playas, cercanas a una veintena de kilómetros del centro de la Ciudad Condal, han sido desde mediados del siglo XX un lugar de recreo, cercano y popular, de buena parte de las familias trabajadoras de esta parte del país ( ver Las familiares y amenazadas pinedas del litoral del Baix Llobregat). Sin embargo, este espacio, que aprovecha los amplios arenales litorales del Delta del Llobregat, nada tiene que ver con el paisaje que hace más de 1.000 años dominaba el castillo que da nombre a la población: el Castell de Fels.

Coronando una colina de unos 50 metros de altura que prácticamente estaba junto al mar durante la época romana, encontramos uno de los castillos más emblemáticos de esta parte del litoral catalán. Un castillo que hoy se encuentra, por obra y gracia del avance del delta del Llobregat y su ocupación humana, en medio de la ciudad y a más de dos kilómetros de la costa.

Con unas vistas impresionantes que abarcan toda la llanura deltaica y buena parte del macizo calcáreo del Garraf, el castillo de Castelldefels ocupa, rodeado por una muralla en forma de gota alargada hacia poniente, la parte más alta de la colina. Muralla que nos recibe con una puerta de arco de medio punto construida con sillares de piedra roja entre dos torres coronadas por almenas, a la que se accede por la plaza del Castell y vigilada de cerca por los restos de una antigua torre de vigilancia del siglo XIV.

Atravesado el jardín que en pocos metros nos lleva hasta el castillo, llegamos a otra puerta adovelada con un matacán defensivo que nos da el paso a lo que sería el patio de armas. El edificio que nos recibe es un edificio rectangular con dos cuerpos diferenciados, uno hecho con piedra roja (más antiguo) y otro con piedra blanca y ladrillos (más moderno y con garitas en las esquinas), que tienen adosados ​​una torre de vigilancia, una torre cuadrada y otra redonda, que marca el punto más alto de la fortificación. Fortaleza que incluye en el lado de levante también la iglesia románica de Santa María, que hasta 1909 fue la parroquia oficial del pueblo de Castelldefels.

El interior, bien conservado y abierto al público en tanto que el castillo es propiedad municipal, está decorado con motivos neomedievales que recuerdan una época de la que, en realidad, queda poca cosa de original. Y es que buena parte de lo que vemos en la actualidad es una recreación hecha a finales del siglo XIX por el banquero barcelonés Manuel Girona, quien compró el castillo que se encontraba en ruinas. Sea como sea, la historia acumulada por el Castell de Fels no es ni breve, ni escasa.

Si bien se cree que es mucho más antiguo por los restos íberos y romanos hallados bajo la iglesia de Santa María, ya en 967 se documenta en esta zona la existencia del llamado " castrum felix", nombre de origen incierto pero que podría referirse al nombre del primer noble que edificara una fortificación en ese punto. La iglesia de Santa Maria, por su parte, está documentada desde 985 como perteneciente al monasterio de Sant Cugat.

Bajo el control de la baronía de Eramprunyà ( ver Eramprunyà, el icónico y popular castillo rojo de Gavà), el castillo controla el litoral -cada vez más lejano conforme avanzaba el delta durante la Edad Media- y participa en varias batallas, tal y como documentado en 1468, cuando durante la Guerra Civil catalana fue sometido por las tropas del rey Juan II de Aragón, quien hizo allí una estancia. Sin embargo, en 1550, Hug Joan Fivaller, barón de Eramprunyà, derribó el antiguo edificio y levantó, con piedra de arenisca roja, un nuevo castillo con la intención de vigilar la costa de las incursiones cada vez más violentas de los piratas sarracenos.

En 1734 se construye el edificio más meridional con piedra blanca y ladrillos, si bien la fortaleza entra en decadencia, lo que llevó a que en 1883, se documentara el estado de ruina del edificio.

No fue hasta 1897, cuando Manuel Girona adquirió todo el " pack" de la baronía de Eramprunyà -con el Castell de Fels incluido en él-, que el banquero decidió rehabilitar el castillo y recuperarlo para su uso personal. Para ello, encargó las obras al arquitecto Enric Sagnier quien, en un estilo historicista, decoró todo el interior, rodeó toda la propiedad con una muralla baja almenada, a la vez que reconstruyó las torres y las remontó, dando la imagen medieval idealizada que nos ha llegado hasta nuestros días.

El ayuntamiento de Castelldefels adquirió la propiedad del castillo en 1988, iniciando una serie de estudios históricos, arqueológicos y de restauración para poder conocer y divulgar el pasado de esta edificación histórica. Ello incluye, desde 2021, el llamado Centre d'Interpretació de la Pirateria a la Mediterrània- Piratia, en el cual se explica este fenómeno que tanto afectó a la costa catalana durante la Edad Moderna ( ver Moros en la costa: La historia de los pueblos dobles del Maresme). Sea como sea, el castillo de Castelldefels permanece incólume en el perfil de la costa sur del delta del Llobregat, como testimonio de un tiempo y una geografía desaparecida de la memoria bajollobregatina.

Durante la Guerra Civil, la iglesia de Santa Maria fue utilizada por el ejército republicano como prisión de los soldados de las Brigadas Internacionales más problemáticos. Así las cosas, los soldados aquí encerrados pasaban el tiempo pintarrajeando las paredes de la iglesia y dibujando escenas que les evocaban la libertad perdida. Algunos de estos dibujos han llegado hasta la actualidad y se pueden contemplar en los muros de esta capilla ubicada dentro del recinto del Castell de Fels.

El dato: El Castell de Fels perteneció al Monasterio de Sant Cugat desde el año 967, tal y como consta en el cartulario de Sant Cugat del Vallès, hasta el año 1836, cuando fue desamortizado.

Por si lo quieres visitar:

Dirección: Castell de Fels, Plaça del Castell, s/n, 08860 Castelldefels (Baix Llobregat)

Teléfono: (+34) 936 352 727

Acceso: Propiedad pública visitable


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