El Castillo de Chillon: la Suiza Medieval

Si unes Edad Media, Suiza y romanticismo, te sale el Castillo de Chillon. Una imponente masa de piedra cincelada por batallas y siglos. Un ejemplo perfecto de la arquitectura feudal. Su presencia es fastuosa: a orillas del Lago Ginebra y sobre un islote rocoso.

Foto: El Castillo de Chillón by elhombrequeviaja.com

Es el castillo mejor conservado de Suiza y, me atrevería a decir, que uno de los mejores conservados del mundo. Se accede al mismo a través de un puente levadizo y, una vez dentro, todo evoca a la Edad Media. De hecho, es una forma práctica de saber algunas cosas del estilo de vida de la época.

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Su ubicación era estratégica, tanto a nivel comercial como militar. Un punto clave en el complicado ajedrez que jugaban lo que hoy es Alemania, Francia e Italia. Fue ocupado durante decenas de años por la Casa de los Saboya para pasar, después, a mano de los berneses.

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Ya en el siglo XIX el Castillo de Chillon fue rescatado por el espíritu romántico. Era, y sigue siendo, una reliquia fácil de cubrir de niebla, leyendas y misticismo. Atrajo a muchos artistas y escritores como Flaubert, Rousseau o Lord Byron.

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Este último se inspiró en la historia de un saboyano rebelde que estuvo en la prisión del castillo, para escribir “El prisionero de Chillon”, obra que alcanzó, un notable éxito en su época.

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Victor Hugo sentenció: “Chillon es un macizo de torres sobre un macizo de rocas”. Y, es difícil, lanzar una frase que resuma, mejor y más rápido, la esencia del castillo. Así que ni lo intento.

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