Después de lo mucho que me gustó Caballos salvajes, casi me sentí obligada a leer la primera novela de la autora, en la que en realidad nos cuenta su propia vida. Me he quedado alucinada.
Son 4 hermanos que han conseguido sobrevivir a pesar de sus padres. Y digo esto porque en todo momento da la sensación de que los que están a cargo de la familia son los propios niños, ya que los padres tienen bastantes problemas para mantenerse a sí mismos. Rex Walls, el padre, es un alcohólico que desaparece durante días y cuando regresa a casa es para pedir más dinero. Rose Mary, la madre, se cree una gran artista y en lugar de trabajar de maestra, ya que tiene un título para ello, se pasa dibujando todo el día. Con esto, tienen muy pocas fuentes de ingresos: los pocos días que consigue trabajar Rex antes de que le despidan de todas partes, y algunas rentas de tierras del sur.
Viven prácticamente en la indigencia; se asientan en algún sitio que se cae a cachos y huyen y viven en el coche cuando Rex piensa que pueden venir los acreedores a pedirles el dinero. Así viene siendo su vida, más o menos, hasta que se asientan en el pueblo donde nació Rex.
Los niños son completamente libres para hacer lo que quieran, para explorar, para jugar, para ir donde les apetezca en todo momento. Aunque esto no sé si es tanto por libertad como por falta de atención. De todas maneras, por lo que parece, ellos son felices y adoran a sus padres. Pero claro, hay épocas en las que pasan hambre de verdad y tienen que revolver en los cubos de la basura del colegio para poder comer lo que tiran los otros niños a la hora del recreo. Y estas épocas se suceden muy a menudo. A mí me dio vergüenza ajena el pasaje del libro en el que los niños llevan días buscando en las basuras, y la madre escondía tabletas de chocolate para comérselas ella sola a escondidas. Además, el alcoholismo del padre es más patente a medida que transcurren los años.
Más adelante los niños dejan de ser niños y empiezan a preocuparse por su futuro y es cuando la protagonista (y autora) se ve en un callejón sin salida a la hora de continuar con sus estudios. Intuye que tiene que cambiar drásticamente de vida: ella participa en la revista del instituto y le encanta, pretende seguir estudiando para ser periodista pero ve que nunca llegará a nada si sigue todo como está en su familia. Entre los hermanos toman una decisión drástica: se irán a estudiar a Nueva York. Y a partir de aquí podemos decir que son los hermanos los que se mantienen y se sacan adelante unos a otros ya que sus padres, por muy buenas intenciones que tuvieran, jamás hubieran sido capaces.
Estás leyendo y piensas que es imposible que con esa infancia la autora haya llegado a escribir un libro. Los hermanos consiguen salir adelante a pesar de sus padres, como ya he dicho, si bien, ellos siempre se sentirán queridos por Rex y Rose Mary y no ven su infancia y adolescencia como algo traumático. Pero también pienso que todo podía haberse vuelto en su contra y acabar con cuatro adolescentes adictos a algo ilegal, por lo menos.
Me parece que la autora nos quiere decir que para salir adelante, sólo hay que querer hacerlo; que las cosas no son malas si tú no crees que lo son. Y el que sea una historia real lo hace todavía más impactante.
Título: El castillo de cristal Autor: Jeannette Walls Editorial: Punto de lecturaEncuadernación: Bolsillo ISBN: 9788466322997 Páginas: 512 Precio: 9′95€ RETO: 19 caracteres