En la ciudad italiana de Ferrara siguen resonando los ecos de las glorias antiguas. Durante mucho tiempo fue el feudo de los Este, una de las familias más poderosas y antiguas de Italia. Caída la ciudad en manos de la Iglesia a finales del siglo XVI, los Este dejaban tras de sí el mayor legado cultural que ha recibido la ciudad en toda su historia, concentrada en el Castillo de San Michele.
Los orígenes del castillo se encuentran en una revuelta popular de 1385, tras la cual los Este sintieron la necesidad de tener un lugar más seguro donde protegerse que el antiguo Palacio del Marqués. Con este propósito se construyó el castillo, anexo a las murallas y a una de las torres defensivas, conectado a la residencia de los Este a través de un pasadizo y protegido por un foso.
A pesar de su función inicial defensiva, el castillo llegó a ser de facto la nueva residencia de los Este, que se ocuparon de embellecerla tanto a nivel arquitectónico como mediante numerosas obras de arte. Los Este fueron mecenas de algunos de los artistas más importantes de la Italia del norte: Petrarca, Veronese, Piero della Francesca o Tiziano, entre muchos otros. La colección de cuadros, en particular, llegó a ser una de las más espléndidas de Italia en los siglos XV y XVI, pero por desgracia se dispersó cuando los Este perdieron Ferrara y se trasladaron a Módena.
A pesar de esta gran pérdida, el castillo sigue siendo magnifico por su decoración y arquitectura. Desde las cárceles y estancias de uso militar hasta las magníficas habitaciones y salas para la vida palaciega, es uno de los edificios más bonitos e interesantes de Ferrara, ciudad cuyo centro histórico ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad y que vale mucho la pena conocer.