Revista Cultura y Ocio

El cautivador Alec Lightwood y el hierático Jace Wayland

Publicado el 18 febrero 2016 por Magik
Acabo de ver el sexto episodio de Shadowhunters, Of men and angels, y creo que ha llegado el momento de hablar de ella. Yo estaba esperando porque hay series que tardan en arrancar (pensemos en lo que fue Grimm en su primera temporada y en lo que se convirtió con el tiempo) y porque me gusta dar margen a las cosas. Y es que con su episodio piloto, Shadowhunters no me emocionó como yo quería que lo hiciera y fue bastante desastroso, más por culpa de guión que otra cosa.
Bueno, antes de nada, debería recordaros que he leído los libros y que, de hecho, me encantan. Creo que ya lo dije en la otra entrada que dediqué a la serie, pero prefiero recordarlo porque eso puede ser un arma de doble filo: por un lado, precisamente por lo mucho que me gustan los libros, seguí viendo la serie tras los dos primeros episodios, mientras que, por otro, hay ciertas cosas que no puedo evitar comparar.
El cautivador Alec Lightwood y el hierático Jace Wayland
Y es que, de hecho, Shadowhunters tiene tanto sus luces como sus sombras.
Pero, antes de hablar de la serie en sí, por si no conocéis de qué trata, yo os lo cuento: Clary Fray (Katherine McNamara) es una chica normal y corriente cuyo único propósito es entrar en la escuela de arte de Brooklyn y pasar un buen rato con su mejor amigo, Simon (Alberto Rosende). Sin embargo, una noche, ayudando a éste a cargar su furgoneta, Clary se topa con Jace (Dominic Sherwood), a quien sólo ella parece ver y lo sigue al interior de una discoteca, Pandemonium, donde lo ve asesinar a una persona... que resulta ser un demonio.
Jace no comprende cómo Clary ha sido capaz de ver todo eso, aunque tampoco es que tengan mucho tiempo, pues esa misma noche la madre de Clary es atacada y secuestrada y, desde ese momento, todos los subterráneos buscan a Clary al creer que ella sabe dónde está La copa mortal, un objeto muy valioso que Jocelyn robó hace tiempo. Clary, entonces, es ayudada por Jace y sus hermanos adoptivos, Alec (Matthew Daddario) e Isabelle (Emeraude Toubia) Lightwood, que son Cazadores de sombras como él. Medio humanos, medio ángeles, que se encargan de cazar demonios y que ahora ayudan a Clary a intentar responder a todas las preguntas que tiene sobre su madre y su pasado.
El cautivador Alec Lightwood y el hierático Jace Wayland
El primer episodio, como ya he dicho, deja bastante que desear (esa estructura llena de flashback era rara de narices), pero a su favor hay que decir que han sabido mejorar poco a poco y los episodios van fluyendo mejor y, sobre todo, funcionando mucho mejor, a pesar de que tiene sus defectos.
Eso sí, al menos resultan muy entretenidos y los cuarenta minutos se pasan en un suspiro. De hecho, es curioso que tampoco es que hayan metido relleno a saco, ya que quieren adaptar un libro de unas 300 y pico páginas en 13 episodios. Por eso, sí, hay cosas nuevas, hay cambios y les están dando cancha a los secundarios, pero más o menos la historia sigue su curso y no la han liado, así que por ese lado estoy contenta.
Precisamente son los secundarios lo que mejor funciona y lo que está mejor adaptado, al menos hasta el momento. Isabelle, Simon, Alec y Magnus son lo mejor de Shadowhunters, con cuatro actores que están muy a la altura y son lo que tienen que ser. Vamos, que yo veo perfectamente a los personajes que tanto me gustaron en los libros y los cuatro venden muy bien las interacciones con el resto de personajes.
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De hecho, las dinámicas de grupo es algo bastante conseguido en general y me gusta mucho que tengan detalles tontos, pero que pegan totalmente con los personajes, como las ganas de Isabelle de aprender a cocinar.
Es curioso porque los guionistas se afanan en ahondar en estos cuatro personajes, en sus motivaciones, en por qué son cómo son y por qué actúan como lo hacen. Vamos, que los tratan como personas con sus defectos y virtudes, pero los cuatro salen bastante reforzados: Isabelle tan guapa y sexual como dura y buena hermana; Simon con su amor imposible por Clary y peleando, sin saberlo, contra la sangre de vampiro; Magnus con la carga que supone haber vivido tanto, pero siendo él con sus fiestas, su fabulosidad y su curiosidad por Alec.
Y, finalmente, Alec, que es el auténtico descubrimiento de la serie.
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Es cierto que Harry Shum Jr. roba cada escena en la que aparece con su Magnus Bane. No puede estar más fantástico, con esa elegancia, ese misterio y esa excentricidad propia de Magnus, pero Alec se ha alzado como el mejor personaje de todos. Es curioso porque en los libros, al principio, conocemos muy poco a Alec y es un poco desagradable, pero aquí es adorable y se le comprende a la perfección: lo de querer seguir las normas, el que Clary le ponga de los nervios, su conflicto con su sexualidad...
A mí me da la sensación de que los guionistas son fan de Alec y por eso se están molestando tanto en explorar su persona. Eso sí, por mucho que adore a Alec y me encante el trabajo de Matthew Daddario en la serie, no entiendo por qué denigrar tanto a Jace. Alec no lo necesita para brillar, Matthew Daddario se encarga de ello junto al que la historia tenga tiempo para él y no debemos olvidar que Jace es el héroe de la historia.
La verdad sea dicha: los protagonistas de Shadowhunters son los que peor están saliendo parados (Alec y Jace son la personificación cada uno de las luces y sombras de la serie) y creo que cada uno por un motivo.
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Por un lado, creo que Clary es más víctima del formato que otra cosa. Es cierto que Katherine McNamara no es una gran actriz, aunque también diré que va mejorando poquito a poco. Al menos en estos últimos episodios no daba la sensación de estar interpretando una obra de instituto, pero el papel de Clary en la serie queda deslucido.
Quiero decir, en los libros es cierto que la única prioridad de Clary es saber qué ha pasado con su madre y salvarla y se tira de cabeza a cualquier cabo que pueda tirar, sin importarle nada más. Sin embargo, al leer tanto sus pensamientos, como sus sentimientos, aunque se la pueda tildar de egoísta, sí que se comprende sus acciones y, de hecho, leemos cómo está agradecida a Jace y compañía y eso que, al principio, Clary y los Lightwood no hacen buenas migas. Sin embargo, en la serie Clary es el motor de la acción, así que se tira a un problema de cabeza y los demás deben ir detrás a salvarle el culo, teniendo que pagar un precio por ello.
Por otro lado, Jace es víctima del guión. Ni más ni menos. Es cierto que Dominic Sherwood no parece que termine de estar cómodo en el papel, pero los guionistas tampoco le dan mucho con lo que trabajar. En los libros, Jace es difícil, sí, está traumatizado y se le nota, pero también es divertido, leal y encantador. En la serie, Jace es un intenso con un palo en el culo, que encima trata a patadas a los demás salvo a Clary, por lo que resulta bastante desagradable.
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¿Dónde está ese Jace gracioso que bromea sobre lo atractivo que es? ¿Por qué no pueden escribirlo así? Es que no entiendo por qué han orientado así al personaje y es lo que más me decepciona de la serie, porque en los libros Jace es un personaje genial.
De hecho, las mejores escenas tanto de una como de otro, han sido en las que están más relajados: el vuelo en la moto, Clary con Alec en Moo Shu to go, Jace cuando conoce a Magnus Bane y flipa porque éste prefiere a Alec... Es que el sentido del humor le sienta de maravilla tanto a la serie, como a la pareja principal, por lo que los guionistas deberían relajarse un poco y dejar de forzar tanto la relación entre los dos como la supuesta molonidad de Jace.
Con Alec y Magnus todo fluye mejor y sus escenas son lo más memorable precisamente porque es una historia más relajada, con ese aire divertido y mono. La están armando poco a poco, con Magnus visiblemente interesado en Alec y Alec sin saber muy bien cómo actuar al ser la primera vez que pasa por algo así. Yo es que me muero de amor con sus escenas y espero que nos muestren la primera cita, porque encima Harry Shum Jr. y Matthew Daddario tienen muchísima química.
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Por lo demás, me quedaría comentar la trama general y, la verdad, es que ahora mismo no sé muy bien qué pensar. Por un lado, la historia actual, con los chicos buscando la verdad y La copa mortal es bastante entretenida y se agradece el que den tanta acción, mientras van presentando el mundo de los subterráneos. Quizás, a veces, se pasan con las explicaciones (siempre están recordando que algo es peligroso, cuando somos perfectamente capaces de verlo en pantalla), pero últimamente lo controlan mejor.
También se agradece que hayan metido el elemento de la política en la Clave, porque puede dar mucho juego. Y, sí, no me molesta que quieran casar a Alec por conveniencia, sobre todo porque provocó que viéramos distintas facetas de ambos Lightwood y porque un poco de angustia romántica no viene mal en una pareja.
Eso sí, lo que me tiene bastante despistada, incluso decepcionada, es la historia de Valentine. Con lo bien atado que lo tenía todo Cassandra Clare en los libros, no entiendo por qué los guionistas han tirado por la vía fácil y reventado la complicada historia de Jocelyn y Luke. El justificar los actos de Valentine con un corazón roto me parece simplista e infantil, además de tópico. Valentine en los libros es alguien con un plan fijado, un encantador de serpientes que convenció a su generación para exterminar a los subterráneos porque, en su locura, de verdad cree que es lo correcto y no es alguien que dejaría que algo tan mundano como que su esposa se enamore de otro lo vuelva loco.
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De hecho, con los cambios introducidos la historia de Jocelyn y Luke mucho sentido no tiene, ni tampoco la situación actual de los Cazadores de sombras. No sé, sinceramente no entiendo por qué han cambiado la historia, ni por qué lo han orientado así. Además, al ver los flashbacks parecía mentira que esa Jocelyn hubiera tenido a un hijo y estuviera embarazada de la segunda.
Pero, bueno, habrá que ver a dónde nos lleva todo esto. De momento, me alegra que vayan mejorando a cada episodio y, aunque el casting de los secundarios deje un poco que desear (Raphael era para reír o llorar y Meliorn más que un hada, parece el cuarto de Ketama), los protagonistas compensan y los efectos aún dan el pego.
Eso sí, por mucho que se estén esforzando, yo no dejo de pensar que Shadowhunters en la MTV en lugar de ABC family (ahora Freeform) hubiera molado mil veces más.
PD: Estad atentos al blog porque mañana tendréis sorpresa ;)

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