Revista Cultura y Ocio

El cementerio de las botellas

Por Viriato

Coronando el Monte Ezkaba (de 895 metros de altitud), al norte de Pamplona, se encuentra el Fuerte de Alfonso XII. Recibió el nombre del regente que mandó construirlo, pero es más conocido como Fuerte de San Cristobal. Se tiene constancia de que ya en el lugar existían fortines y edificaciones desde el siglo XIII, debido a la importancia estratégica del monte.

El cementerio de las botellas

Entrada principal de la fortificación.

La edificación del fuerte comenzó en 1877, para lo que tuvieron que volar previamente la cumbre del monte. Tras excavar lo necesario se erigieron varias edificaciones con una altura de hasta tres plantas, aunque no se pueden distinguir desde el exterior debido a que fue “enterrado” para camuflar la fortificación, es decir, las distintas construcciones fueron cubiertas de tierra para confundirse con el terreno. El resultado es bastante bueno ya que desde Pamplona se divisa perfectamente el monte pero apenas se distingue la existencia de los muros y construcciones de la fortaleza. Su levantamiento concluyó en 1912, momento en el que ya había quedado totalmente obsoleto, debido a la aparición de la aviación.

El cementerio de las botellas

Fachada de la iglesia, uno de los edificios del interior
del fuerte.

El Fuerte de Alfonso XII se convirtió en una cárcel en 1934, después de ligeras modificaciones en su interior para adaptar las distintas dependencias que una prisión requiere, y manteniéndose su uso hasta 1945. Y fue siendo una cárcel cuando más huella ha dejado en la historia y es que, el 22 de mayo de 1938, en plena Guerra Civil Española, casi 800 presos (en su mayoría militantes republicanos) lograron escapar del fuerte. Todo ello después de elaborar un estratégico plan que consistía en atacar y desarmar a los guardias durante la noche, cuando la vigilancia era menor.
Los fugados comenzaron a descender el monte, pero rápidamente se iniciaron las labores de búsqueda. El mismo día de la huída los militares detuvieron a 259 de los huídos, al día siguiente 186 y el resto fueron capturados los días posteriores. Tan solo tres (3) de los fugados lograron su objetivo de cruzar la frontera con Francia. Más de 200 presos perdieron la vida a manos de los militares.

El cementerio de las botellas

Dos de los cadáveres encontrados, junto a las botellas que
contienen sus datos personales.

Cercano al fuerte ha sido descubierta una fosa con 131 cadáveres de reclusos que murieron en la prisión entre 1941 hasta 1944, principalmente por enfermedades respiratorias. La fosa es conocida como “el cementerio de las botellas” debido a que cada cuerpo está enterrado junto a una botella de vidrio que contiene un documento con sus datos personales y el motivo de su muerte.
Yo he visitado el Fuerte de San Cristobal, pero no he tenido la suerte de poder ver su interior ya que se encuentra cerrado. Pero he podido rodear sus muros y acceder al foso junto a ellos, lo que me ha permitido comprobar lo inmenso de la construcción. Lo recomiendo encarecidamente a quien se acerque a Pamplona, ya que está a escasos 20 minutos del centro.

El cementerio de las botellas

Vista aérea del fuerte.
Imagen de Google Mapas.


Volver a la Portada de Logo Paperblog