Dice Emilio Ichikawa que con la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump
“la reaparición de un fortalecido “anticastrismo de derecha” (re)habilita ahora a la “ultraizquierda fidelista” como una “izquierda” (sin adjetivos); y convierte al antiguo “centro” en una posición vestigial.”
Más allá de las diferencias ideológicas con el blogger y filósofo cubano residente en Miami resulta interesante cómo ve desde allí el futuro del llamado centrismo cubano, al que una vez Ichikawa analogó divertidamente al burro de Buridán y que, ciertamente, provoca algo más que sonrisas.
Suele llamarse vestigial (de vestigio) aquello que es el resto de algo que ha perdido su función. En anatomía humana los vestigiales son órganos que en la evolución perdieron su utilidad, como el apéndice, los cordales, o el coxis…
La sonrisa de Iroel Sánchez: Adiós al “golpe suave” en Cuba. Por Emilio Ichikawa
Puedo imaginar la sonrisa que provoca en Iroel Sánchez la revisión que la elección de Donald Trump está introduciendo en el espectro político cubano.
El ejercicio crítico de Sánchez en estos últimos años ha estado dirigido, en buena medida, a confrontar el “centro” político; una posición que se percibía a sí misma como “moderada”; o mejor, cautelosa. Distante de la “extrema izquierda” fidelista y de los “anticastristas radicales”, relacionados simbólicamente con Miami.
Estas personas, sin una base social definida, serían la elite del “golpe suave” que derrocaría al gobierno cubano; o que por lo menos extremaría las reformas raulistas.
Pero por el momento la tesis del “golpe suave” parece pasar a la defensiva: La elección de Donald Trump ha estimulado perspectivas más radicales que la de Gene Sharp para solucionar el llamado “problema cubano”. Hace unas horas el Senador Bob Menéndez se reunió con un grupo de ex presos políticos cubanos de la vieja guardia, y les habló de no detenerse hasta que no quede ningún Castro en el gobierno.
En Miami es notable la resurrección política del ex Congresista Lincoln Díaz-Balart, quien obviamente se sitúa a la derecha de otros líderes del exilio cubano que han “gestionado” la oposición y disidencia en los últimos años, como Carlos Saladrigas, Marcelino Miyares y Jorge Mas Santos. También cicerones de la visita de Yoani Sánchez al sur de Florida. Al debutar políticamente en Miami Yoani ya había dejado la petición de la libertad de Los Cinco en Brasil; pero todavía le quedaba en la agenda la crítica al embargo, la devolución del territorio ocupado por la Base Naval de EEUU en Guantánamo y la tolerancia hacia las reformas de Raúl.
De frente a la elección de Donald Trump, que es lo actual, la moda, el “cambio”… esas posiciones de “centro”, socialdemócratas, pueden calificarse como anticuadas.
En Miami renace el paleo-anticastrismo y ya se vuelve a hablar cómodamente de Fidel Castro como el “autor intelectual” del asesinato del Presidente Kennedy. Arnaldo Fernández ha estudiado y considerado este proceso en “Kennedys And King – Castro’s deathhas revived a Castroite Oswald”. Hace unos días, en una tertulia, se escuchaba hablar positivamente de Franco y Pinochet sin complejos; y el pasado domingo en UNIVISION el Dr. Gustavo León hacía el elogio de Salvador Díaz-Verson, autor del libro El zarismo rojo.
Díaz-Verson representa algo más que un ideólogo de derecha; fue un policía, un dactilógrafo, fiscalizador y líder del anticomunismo latinoamericano. En su testimonio del 6 de mayo de 1960 ante un Subcomité del Senado de EEUU, declaró: “I had privately an archive which comprised 250,000 cards of Latin American Communists and 943 personal records. This was the result of my trips all over Latin America visiting country by country, what were the conditions of communism, and what numbers of Communists there were in each plaice. That archive was stolen and destroyed by the Communists on January 26, 1959.” (http://www.latinamericanstudies.org/us-cuba/diaz-verson.htm) Ese es el tipo de referencia que regresa; el nuevo “canon” del anticastrismo.
Hayek ya no cuenta: Es demasiado “elevado” como para derivar en una preocupación política. Poco importa que, como señaló Iroel Sánchez, los “moderados” cubanos se dejen seducir por “el pensamiento” neoliberal. Ahora se trata de algo más frontal: del anticomunismo, de la derecha, del conservadurismo… convertido en activismo y militancia Republicana.
Ese sector de “centro” se pondría realmente muy nervioso de entrar en diálogo con posiciones de “anticastrismo extremo”; con las que sin embargo comparte expectativas políticas respecto al fin del comunismo y el fidelismo en Cuba. Se tienen repulsa foral, pero son aliados políticos potenciales.
De momento el “anticastrismo suave” solo atina a desentenderse de Trump y sus entusiastas seguidores cubanoamericanos. Trump les resulta feo; tan feo como Castro. Así que quieren aislarlos temáticamente; como si no guardaran conexión. Como si el Presidente norteamericano no tuviera una política hacia Cuba; y como si no saliera de EEUU buena parte de las subvenciones para ese “anticastrismo de centro”.
Es muy ilustrativo de la pérdida de prestigio retórico de las posiciones “anticastristas suaves” o “de centro” en Miami, el hecho de que se haya criticado a Guillermo Fariñas por declarar en la TV local miamense que no comparte (como luchador pacífico que es) la celebración de la muerte de Fidel Castro.
La reaparición de un fortalecido “anticastrismo de derecha” (re)habilita ahora a la “ultraizquierda fidelista” como una “izquierda” (sin adjetivos); y convierte al antiguo “centro” en una posición vestigial. (Blog de Emilio Ichikawa)
Tomado de: https://lapupilainsomne.wordpress.com/2016/12/16/el-centrismo-se-vuelve-vestigial/
Tomado de Mi Cuba por Siempre
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