Todo lo que necesitas para contribuir al buen desarrollo de tu hijo es escuchar, observar y no dejar de hablarle y responderle positivamente. Su cerebro está programado para el resto, por lo que no hay necesidad de forzar su desarrollo. Es más, si lo intentas, puedes frenar el desarrollo en otras áreas.El cerebro de tu bebé empezó a desarrollarse en el útero, y en el momento del nacimiento estaba formado por más de 100 billones de células y 50 trillones de conexiones y vías. El cerebro del recién nacido posee la cuarta parte del tamaño del de un adulto y alcanzará el 80 por ciento del tamaño adulta a los tres años.
El desarrollo cerebral se produce cuando las células del cerebro del niño empiezan a establecer conexiones para ligar sucesos y experiencias y, de ese modo, crear un significado. Este proceso se inicia en el útero y continúa durante toda la infancia. Por ejemplo, el pequeño bebé aprendió que al contraer un determinado grupo de músculos, su pierna se movía. Tras repetir ese movimiento y obtener el mismo resultado varias veces, se formó un enlace permanente en su cerebro. Pronto, tu bebé habrá aprendido a controlar el movimiento de toda la pierna. Llegado ese momento, el mensaje cerebral sobre el movimiento y el mensaje sobre la pierna estarán conectados para siempre. A medida que aumenta el número de esas conexiones por todo el cuerpo, se desarrolla un sentido de autoconciencia.
El desarrollo cerebral
El cerebro de un bebé es muy inmaduro y, en muchos sentidos, como un lienzo en blanco. La consciencia emocional, la capacidad para razonar y pensar, la comprensión social y el desarrollo de la memoria apenas han empezado. Las experiencias que vive un bebé, y las relaciones que forma, durante los tres primeros años de su vida tendrán un papel fundamental en el desarrollo y “cableado” de su cerebro. Las investigaciones demuestran que las primeras experiencias ejercerán un gran impacto sobre la formación de la personalidad durante el resto de la vida del niño.
A los tres años, el cerebro tendrá el doble de conexiones que las de un adulto, de ahí la rapidez con que aprende tu bebé. Eso no significa que comparta tu capacidad de razonamiento, ya que su cerebro todavía está aprendiendo a interpretar la información. Esta fase temprana del desarrollo se dedica a esculpir el funcionamiento del cerebro. El cerebro joven está diseñado para ser flexible y es capaz de asumir toda una serie de habilidades sociales, emocionales e intelectuales con bastante rapidez.
El cerebro no deja de establecer nuevas conexiones hasta los 7-10 años, cuando se produce un proceso de poda sináptica durante el cual las conexiones que no se utilizan son eliminadas. Es un proceso normal, y una forma de fortalecer las conexiones cerebrales. A los dos años, una sustancia llamada mielina rodea y fortalece las conexiones, y mejora y acelera las comunicaciones de las células. Con el tiempo, nuestras experiencias y los hábitos que adquirimos darán forma a , y desarrollarán, estas conexiones.
Influencias sobre el desarrollo cerebral
El desarrollo del cerebro está afectado por factores hereditarios y por el entorno. Los padres y los acudientes juegan un papel crucial sobre los tipos de conexiones cerebrales que se establecen. Factores importantes durante los tres primeros años de vida:
- Un comportamiento cálido y lleno de amor implica sonrisas y abrazos junto con una Estimulación mental positiva, como charlar y jugar, que influirán en el desarrollo de la química cerebral y estimularán una sensación de bienestar.
- No responder al niño, o no cuidarlo bien, aumentará el estrés. Esto puede conducir a problemas emocionales, sociales, físicos y de razonamiento.
- Una vez satisfechas las necesidades básicas del niño (fisiológicas, de seguridad, de cuidados y de autoestima) su capacidad de aprendizaje de nuevas habilidades aumenta significativamente.
- Aprender a través de la experiencia es esencial. Un contacto temprano con las palabras, a través de la lectura, el lenguaje, canciones, rutinas, exploración del entorno y juegos estimula el desarrollo del lenguaje y las habilidades sociales. Ver televisión no produce el mismo efecto positivo sobre el desarrollo cerebral.
- Los niños necesitan que se les permita desarrollarse a su ritmo. Forzar este ritmo puede inhibir el crecimiento en otra área. Es importante dejarle tiempo al niño para que lo sea.
Brotes de crecimiento
El desarrollo cerebral se produce en brotes de crecimiento, a los 3 meses, a los 18, entre los 2 y 4 años y, entre los 6-8 años y los 10-12. Las habilidades motoras, del lenguaje, sociales y de razonamiento se desarrollan coincidiendo con estos brotes.
El entorno juega un papel crítico y sienta las bases para un posterior bienestar. Una relación cálida y la escucha, observación o relación con los demás es igualmente importante.
Los períodos durante los cuales el cerebro atraviesa grandes cambios pueden suponer un desafío, y una fuente de inquietud, para los niños y afectará a su comportamiento. Durante estos períodos, los padres pueden tener la sensación de que su niño cambia día a día. Comprender estos brotes de crecimiento puede ayudar a calmar las ansiedades de los padres sobre un desarrollo acelerado o retrasado.