Revista En Femenino

El Cerebro de tu Hijo (2 a 3 años)

Por Mundoyosoy @mundoyosoy
Este período coincide con una menor velocidad del desarrollo de las habilidades motoras, mientras que el cerebro se centra en otra prioridad: el desarrollo de los lóbulos frontales. Esta parte del cerebro es fundamental en el desarrollo del pensamiento racional, las emociones, la atención y la memoria.
El Cerebro de tu Hijo (2 a 3 años)
Estrechamente ligados a la mejora de las habilidades comunicativas del niño, y al surgimiento de la imaginación y la personalidad, los lóbulos frontales contribuyen en gran medida a las características que nos hacen humanos. Ambos lados de los lóbulos frontales están interconectados. El pensamiento y el razonamiento se sitúan a un lado, mientras que el comportamiento emocional y social lo hacen en el otro.  Juntos, son la fuerza motriz tras nuestra capacidad de comprensión, de razonamiento, de planificación y de organización. Regulan nuestras emociones y respuestas, y mantienen nuestros impulsos bajo control. La función de los lóbulos frontales consiste en dirigir la actividad global del cerebro. Decide qué ideas saldrán adelante, cuál es la prioridad a cada momento, y supervisa el funcionamiento de las demás áreas cerebrales.  Nos da el visto bueno para actuar, reaccionar, o no actuar en absoluto.
El área del pensamiento y el razonamiento nos dice:
Dónde debemos centrar nuestra atención.
Qué debemos recordar.
Cuándo y dónde no actuar
El área social y emocional:
Supervisa nuestras emociones.
Regula nuestros sentimientos y los sitúa en su contexto.
Ayuda a gobernar nuestras respuestas, a la vez que vigila nuestras acciones impulsivas.
Los lóbulos frontales se desarrollan a lo largo de los primeros años, madurando en la adolescencia, y proporcionando la habilidad para tratar con habilidades más complejas. Juegan un papel fundamental en el desarrollo del control del comportamiento y de la personalidad del niño.
El Cerebro de tu Hijo (2 a 3 años)
Elegir la respuesta adecuada
Los lóbulos frontales juegan un papel importante en el razonamiento y la resolución de problemas. Nos ayudan a decidir a qué prestarle atención y a responder de la mejor manera.Son algo así como la parte del cerebro que nos sitúan en un contexto. Es dónde los pensamientos sobre nuestro mundo interior (nuestros recuerdos, movimiento, emocionles, etc) enlazan con los pensamientos sobre nuestro mundo exterior. Al tener en cuenta toda esta información, los lóbulos deciden qué comportamiento o acción es la más adecuada.
Con tu hijo, esto o podría significar que comprendería y elegiría entre responder al hambre o la emoción:"¿Qué es más importante ahora: saber que tengo hambre (mundo interior) o la emoción que tengo porque mi mamá acaba de traerme un juguete (mundo exterior)?". Para responder, necesita decidir cuál es su prioridad y cómo comportarse.
Pensar y Razonar
El área del pensamiento y del razonamiento de los lóbulos frontales dirige el desarrollo de nuestra capacidad de planificación y razonamiento, y la de resistir las ideas y respuestas que podrían hacernos perder el rumbo. A medida que se desarrollan los lóbulos frontales de tu hijo, percibirás un incremento en su capacidad de planificación y razonamiento. Por ejemplo, "Si arrastro la silla y me subo, alcanzaré los caramelos". También mejorará su capacidad de concentración y de captar los mensajes que le ayudarán a conseguir lo que quiere. Mientras aprende autocontrol, tu hijo desarrolla las habilidades que necesitará para salir adelante. Una vez que tenga la experiencia para recordar cómo sentarse y prestar atención, tener en cuenta los sentimientos de los demás, y dejar de reaccionar impulsivamente, empezará a dirigir su comportamiento y acciones.
Capacidad de atención
Antes de ser capaz de aprender a razonar y a planificar eficazmente, tu hijo necesitará poder concentrarse. Su capacidad para centrarse completamente sobre una tarea, juego o conversación, se desarrollará gradualmente, a lo largo de deferentes etapas y niveles de atención, durante su niñez. A medida que se desarrolla, se centrará más en sus propias necesidades, deseos y objetivos (lo cual no siempre es bueno) y se distraerá con menos facilidad.
El Cerebro de tu Hijo (2 a 3 años)
Planificar y ConseguirLos lóbulos frontales del cerebro juegan un papel importante a la hora de permitirnos decidir lo que queremos y cómo conseguirlo. También nos permiten superar distracciones y obstáculos para conseguir nuestras metas.
Benjamín ha decidido que quiere jugar con su pelota roja. Primero, debe pensar, "quiero la pelota roja". Después utiliza su memoria de trabajo para aferrarse a la idea mientras piensa cómo conseguirla, "debo caminar hasta la caja de juguetes y encontrarla". Benjamín pone en marcha sus ideas y se dirige a la caja delos juguetes. Mira dentro, y descubre la pelota azul..." Qué bonita pelota azul". Para no distraerse, los lóbulos frontales de su cerebro le ayudan a volver a centrarse en el mensaje de la pelota roja...."Pero lo que quiero es la pelota roja, !y no está!" se da cuenta de que lo que ha hecho no ha servido de nada y decide, "puede que esté en el jardín". Y allá va.
Si fuera más pequeño, Benjamín seguramente se habría olvidado de la pelota roja y se pondría a jugar alegremente con otros juguetes, pero como Benjamín ya tiene 30 meses, no sólo quiere la pelota roja, sino que recuerda dónde y cómo encontrarla.
Su memoria de trabajo le ayuda a concentrarse en la tarea el tiempo suficiente para lograr su objetivo.

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