Puede que los bebés más pequeños no sean conscientes de mucho, sin embargo, de ellos podemos obtener información valiosa sobre cómo surgen los pensamientos conscientes y cómo se desarrollan en el tiempo. Y así aprender más sobre qué significa estar consciente.
“Podemos probar que los mismos neuromarcadores de consciencia encontrados en adultos pueden ser encontrado en bebés de sólo cinco meses de edad,” dice el autor principal Sid Kouider, un investigador del École Normale Supérieure en París, sobre su nuevo estudio, el cual fue publicado en Science.
Método de estudio
Para estudiar la intención en bebés que son demasiado pequeños para hablar, los autores aprovecharon las investigaciones sobre percepción visual, que mostraban que el cerebro procesa una gran cantidad de información visual antes de que llegue a un nivel de conciencia. Las señales de EEG, que se miden al poner electrodos en la cabeza, pueden distinguir con claridad entre datos visuales que se ven conscientemente y los que no. Estas señales muestran un gran cambio cuando una persona se vuelve consciente por primera vez de un objeto que previamente sólo recibió atención subliminal.
Estadios del procesamiento perceptual
“Hay dos estadios en el procesamiento de lo perceptual,” explica Kouider. “El primer estadio consiste básicamente en la activación de neuronas en la corteza sensorial. Solo una pequeña estimulación (incluso si no lo ves conscientemente) va a activar [esta región cerebral].” El cerebro sigue mostrando actividad eléctrica en un EEG, por ejemplo, incluso aunque las imágenes o palabras pasen tan rápido que no se hayan percibido de manera consciente.“
El segundo estadio, que puede ser reportado de forma verbal por adultos, viene con una señal diferente y es esencialmente o “todo” (cuando puedes verlo) o “nada,” si el objeto no es visible, indicando un nivel consciente de atención y procesamiento.
La investigación
Para entender mejor cómo o cuándo estos niveles de la percepción pueden estar comprometidos en los bebés, los investigadores utilizaron EEG en 30 bebés de 5 meses, 29 niños de 1 año y 21 de 15 meses, mientras les mostraban imágenes de caras para determinar si generarían las señales asociadas con el segundo nivel de procesamiento, el más intencional. Y en efecto, Kouider dice que encontraron que los cerebros de los bebés trazaron la misma señalización de la consciencia que los cerebros adultos.
“Lo que cambia básicamente es que la señal neural de consciencia que observamos es más débil a los 5 meses,” dice el, “es menos estable y más lenta.” Efectivamente, un bebé de 5 meses debe ver una imagen por un tiempo cuatro veces mayor al de un adulto para mostrar señales de consciencia visual intencional (y tres veces más tiempo que un niño de 12 o 15 meses de edad).
“Es intrigante,” dice Lise Eliot, profesora asociada de neurociencia en la Universidad Rosalind Flanklin de Medicina y Ciencia en Chicago y autora de “What’s going on in there?”, en donde se examina el desarrollo del cerebro de los infantes. “Este es un estudio mucho más elegante y cuidadosamente controlado y tienen muchos adultos paralelos para relacionarlos.”
Implicaciones
Kouider y sus colegas planean estudiar a bebés más pequeños la próxima vez, y tratar de determinar a qué edad la señal aparece por primera vez. Los resultados podrían tener implicaciones en la expansión de nuestro conocimiento sobre lo que es la conciencia y como se desarrolla a nivel cerebral. “Sería estupendo si pudieras utilizar infantes para saber qué consciencia es porque aparece repentinamente a cierta edad,” dice Eliot.
Kouider dice que no le sorprende que la consciencia no este bien desarrollada en infantes como lo está en los adultos porque requiere de un interjuego entre la corteza prefrontal y las regiones sensoriales del cerebro (y durante los primeros tres años de vida, la conexión entre esas regiones no es muy robusta ya que la corteza prefrontal el cableado de esas conexiones se encuentra todavía en desarrollo). “Si [una percepción] no va a ser subliminal, tiene que involucrarse la corteza prefrontal,” dice él, “sabemos gracias a estudios anatómicos, que la corteza prefrontal está subdesarrollada hasta el segundo año de vida. No es inexistente, solo que no es totalmente funcional.”
La investigación también tiene implicaciones más prácticas. Idealmente, los estudios sobre infantes podrían permitir a los científicos trazar la trayectoria de cómo se genera la consciencia. “Puedes comenzar a usar el método muy temprano para, básicamente, intentar chequear si el desarrollo es normal o anormal,” dice Kouider. “Sabemos que los niños autistas pueden tener problemas para concientizarse sobre las caras y puedes imaginar estos métodos ayudando a diagnosticar tempranamente si alguien está reaccionando de manera normal a objetos o caras.”
Fuente: Healthland
Alejandra Alonso
Soy tesista de la carrera de Licenciatura en Psicología. Editora y miembro fundador de Psyciencia. Me interesa la psicología infantil y las neurociencias. Vegetariana y adicta al chocolate.
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