Se sabe que las personas con Alzheimer tienen muchos problemas con los ritmos circadianos y que confunden el día y la noche. Una investigación de la Universidad de Chicago (EE UU) sobre los ritmos biológicos demuestra que el cerebro está aparentemente programado para diferenciar, desde el nacimiento, entre los ciclos de luz y los de oscuridad. Los resultados, publicados en la revista Plos One, ofrecen nuevas visiones sobre la plasticidad del cerebro y sobre algunos comportamientos del ser humano
“Por primera vez, se ha establecido que la habilidad para coordinar los ritmos biológicos con los cambios diarios causados por la exposición solar no están del todo sujetos a la plasticidad cerebral, es decir, que no están influenciados por los cambios en las cantidades de luz que el cerebro recibe durante su desarrollo”, explica Brian Prendergast, co autor del estudio y profesor de psicología en la Universidad de Chicago (EE UU).
Los científicos, tras una serie de experimentos con ratones, observaron que, aunque la habilidad para percibir estímulos visuales, como el movimiento, se pierde cuando el ojo no se expone a la luz, la habilidad para diferenciar entre el día y la noche se desarrolla a medida que el animal crece.“Estudios previos demostraron que los primates y los humanos se adaptan de manera natural a los ritmos de sueño durante la noche, pero este trabajo muestra que el método del sistema biológico que sincroniza el cerebro con los ritmos día-noche es una función innata”, remarca Prendergast.(Universidad de Chicago, 05 de mayo de 2011)Copyright © FUNDACIÓN ALZHEIMER ESPAÑA (FAE), 2011
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