¿Que tal andamos, gente? Espero que bien. Hoy vengo a hablaros un poco sobre el órgano más fascinante y desconocido de nuestro cuerpo, y también el más complejo. Y es que a pesar de que hemos descubierto ya bastantes cosas interesantes sobre él, nuestro cerebro sigue siento todo un misterio por resolver. Se dice que utilizamos muy poco de todo su potencial, y hasta cierto punto eso es verdad, pues nuestro cerebro posee miles de neuronas, capaces de realizar entre sí billones de conexiones o sinapsis, que nos ayudan a comprender el mundo que nos rodea a través de nuestros sentidos, a que nuestro organismo funcione correctamente, y también a poseer capacidades intelectuales como el lenguaje verbal, la lógica, la memoria, y otras capacidades tales como la coordinación motora, la autoconciencia o el autocontrol de nuestros instintos. Gran parte de lo que somos se almacena en nuestro cerebro: la identidad que reconocemos como nuestra, nuestras experiencias, nuestros recuerdos. En apenas un kilo y poco de peso (un cerebro adulto no pesa más que eso) dentro de nuestro cráneo tenemos un órgano de inmensa complejidad, más sofisticado que el más moderno ordenador que el ser humano haya podido crear, y que contiene muchas de las características que nos diferencian de otras criaturas vivas. Hay también muchos mitos en torno a nuestro cerebro, pues sigue siendo muy poco lo que sabemos de él, sobre todo por la gran dificultad que entraña su estudio. Cualquier otro órgano podemos estudiarlo en vida, pero el cerebro es extremadamente complicado de estudiar así. Por todo ello, merece la pena dedicar un poquito de nuestro tiempo a conocer un poco mejor a nuestro cerebro, ese gran desconocido. A ello dedicarenos esta humilde entrada, que espero os resulte interesante de leer.
1. ESTRUCTURA BÁSICA DEL CEREBRO:
Como imagino que sabréis, el cerebro esta dividido en dos grandes áereas o hemisferios, el derecho y el izquierdo. El hemisferio izquierdo esta relacionado con capacidades tales como las matemáticas, la lógica y el razonamiento, y el derecho, con el lenguaje, la creatividad, la imaginación y la memoria. Cada uno de los hemisferios controla además, las funciones vitales, motoras, sensoriales y los órganos del lado contrario (es decir, que el hemisferio derecho controlaría la mano izquierda, y al revés) Los dos hemisferios están separados por el llamado cuerpo calloso, que contiene neuronas capaces de comunicar ambos hemisferios, y es una zona muy relacionada con la función motora, la coordinación del cuerpo y el desarrollo de la lateralidad (es decir, si vamos a ser diestros o zurdos) Además de estas, hay otras zonas de gran importancia en nuestro cerebro. El área central, también llamado cerebro reptiliano es la parte primitiva de nuestro cerebro. En ella se activan nuestros impulsos más básicos: defendernos del peligro, buscar alimento y buscar pareja para la reproducción. Es el área que brilla cuando percibimos una amenaza potencial, o cuando vemos a alguien que nos parece atractivo. La corteza prefrontal esta relacionada con todo lo contrario: se supone que es la parte relacionado con las funciones intelectuales más complicadas, como la autoconciencia, la personalidad individual de cada uno o la empatía. Gracias a esta zona, el ser humano se reconoce como individuo al mirarse a un espejo, reconoce a los demás y presenta características tales como la curiosidad, la inquietud que lleva a realizarse tantas y tantas preguntas y a buscar sus respuestas. El hipocampo es otra zona de gran importancia, que realiza funciones tales como alojar el sentido del olfato, y también en parte, la memoria, además de estar muy relacionada con la orientación y la percepción espacial. Y el cerebelo. ya casi en contacto con la médula espinal, se encarga del equilibrio, la coordinación motora y muchas otras funciones principalmente sensoriales que recientemente se han descubierto.
2. NEUROCIENCIA MODERNA:
Aunque el cerebro tiene al parecer una estructura más o menos básica, la neurología más moderna ha demostrado ya de sobra que esta estructura es mucho más abierta y flexible de lo que parece. De entrada, cada cerebro puede ser tan diferente como cada individuo. El cerebro es igual que tu ordenador personal, ya sea de mesa o portátil. Cada ordenador, como sabéis, tiene un sistema operativo para comenzar a funcionar cuando lo encendemos. Pero, a partir de ahí, cada uno de nosotros va configurando su ordenador a su gusto y a su manera, según el uso que vaya a darle. Le instalas el antivirus que más te guste, los programas que necesites, descargas en él archivos y guardas tus documentos, le pones un fondo de escritorio a tu gusto y usas el navegador que mejor te parezca. Y así, cuando un día utilizas por lo que sea el ordenador de un amigo o de un familiar, encuentras que todo te parece raro y distinto. El cerebro puede ser algo parecido: tiene su sistema operativos, sus estructuras básicas que se conectan a nuestros sentidos y nuestro organismo, algunas incluso antes del nacimiento, para poder funcionar con normalidad. Y a partir de ahí, cada cerebro puede mostrar diferentes conexiones, sinapsis distintas que lo hacen tan único y personal como cada uno de nosotros. Estas diferencias pueden estar basadas en el uso que la persona le ha dado a sus facultades físicas e intelectuales, en sus recuerdos y en sus experiencias personales. Esto explica por qué en muchas ocasiones, dos personas de edad y estilo de vida similares que han sufrido una lesión cerebral en la misma zona pueden llegar a tener secuelas diferentes, o a recuperarse de forma distinta de un coma u otro daño cerebral. Igualmente, explica por qué las patologías mentales pueden ser tan distintas en un paciente y en otro, y ambos no responden igual al mismo tratamiento psiquiátrico. Hoy, ya no se asume que el cerebro es una estructura fija, como se hacía antes. Décadas atrás, haber nacido con un daño cerebral, o haberlo sufrido posteriormente, en un accidente por ejemplo, significaba que había poco que se pudiera hacer por mejorar la calidad de vida. Se decía que el cerebro no puede curarse, ni recuperarse del daño. Si bien es cierto que las neuronas no se regeneran con la misma rapidez que otras células del cuerpo, nuestro cerebro posee una gran plasticidad para recuperarse de un daño, mucha más de la que se le reconocía. En muchas ocasiones, neuronas sanas realizan nuevas sinapsis para suplir a aquellas que han sufrido daños, y evitar la pérdida de la funcionalidad, o de facultades.
Estas nuevas ideas sobre la flexibilidad del cerebro, su plasticidad y capacidad de recuperación están abriendo nuevos caminos de investigación para la neurociencia. Y no solo eso, sino que ya se aplican en un sinfín de tratamientos para muchas patologías: parálisis cerebral, ictus, daños y lesiones cerebrales por traumatismos, enfermedades degenerativas como el Parkinson o el Alzheimer, o incluso problemas de lateralidad y dislexia y otros problemas en el aprendizaje. El cerebro pierde su capacidad de recuperación con la edad, por lo que los resultados de estas terapias son siempre mejores en niños y jóvenes que por ejemplo, en personas mayores. Se necesita mucha constancia, estímulo y tesón para reeducar el cerebro y ayudarle a recuperarse tras una lesión, cambiar algunas de sus estructuras para mejorar en la dislexia o detener los efectos degenerativos del Parkinson. Pero con paciencia, constancia y muchos ejercicios se puede hacer, y obtener muy buenos resultados que, unidos a la medicación y al apoyo social y familias, pueden mejorar la salud y la calidad de vida de miles de personas. Y todo solamente por cambiar nuestras ideas preconcebibas sobre el cerebro y lo que este puede o no puede hacer.
3. ENFERMEDADES QUE PUEDE SUFRIR EL CEREBRO:
Al ser un órgano tan extraordinariamente complejo, cualquier alteración que el cerebro sufra, por una lesión o una enfermedad, puede afectar muy seriamente a la funcionalidad y calidad de vida de la persona que lo sufra. Normalmente, cualquier daño en el cerebro suele conllevar la pérdida de facultades, ya sean motoras, verbales, cognitivas, de memoria o sensoriales. Ya vimos en esta entrada como mediante mecanismos como el estado de shock o el coma, nuestro cuerpo protege al cerebro de cualquier daño, y cómo la recuperación de un paciente que ha sufrido este tipo de estados es más lenta de lo que suelen mostrarnos las películas o las series de médicos. Después de un traumatismo cerebral, hay que tener en cuenta que la recuperación se irá dando muy poco a poco, hay que valorar las secuelas que sufre la persona y ver que terapias serán mejores para ayudar a su mejoría. Y esto solo en cuento a traumatismos, recordemos que el cerebro también puede sufrir daños por desajustes metabólicos, como una fuerte bajada de azúcar (hipoglucemia) o por falta de oxígeno (hipoxia) También recordar que mucas patologías mentales de producen por desajustes en la química cerebral, y que hay ciertas sustancias como las drogas o el alcohol que pueden alterarla, y de las que no conviene abusar, ya que no solo pueden dañar el cerebro, o ser causa de que una enfermedad mental se manifieste o se agrave, sino que son muy dañinas para la salud.
En cuanto a otras enfermedades que pueden afectar al cerebro, hay algunas de nacimiento, como la parálisis cerebral, que desafortunadamente, limita mucho la calidad de vida que quienes la padecen. Las infecciones encefálicas son poco comunes, ya que el cerebro esta muy bien protegido contra ellas, pero pueden aparecer, y cuando lo hacen, pueden ser muy graves y producir daños serios. El cerebro, como cualquier órgano del cuerpo, puede desgraciadamente generar cáncer, y a menudo los tumores cerebrales son muy complicados de extirpar, o directamente, puede que eso no sea posible. Existe por supuesto el temido ictus , o accidente cerebrovascular, que puede cambiar para siempre la vida de una persona y producir secuelas graves en muchos casos, como la hemiplejia o paralisis de todo un lado del cuerpo que sufre una tía de mi padre, consecuencia de un ictus que sufrió hace muchos años. También se puede padecer un aneurisma cerebral, o enfermedades como la epilepsia. Aquí la cirugía puede funcionar y ayudar a tratar estas enfermedades, pero es tremendamente delicado, así que hay que andar con mucho cuidado. La encefalopatía espongiforme bovina, comúnmente conocida como "mal de las vacas locas"; afecta al cerebro, y como sabéis, saltó a los humanos como enfermedad de Creutzfeld-Jakob. La hidrocefalia se debe a un mal drenaje del íquido cefalorraquídeo que tenemos en el cráneo y que protege nuestro cerebro. Debe hacerse un seguimiento de esta dolencia, pues además de fuertes dolores de cabeza, puede producir consecuencias mucho más graves. Instalar una válvula para ayudar a drenar el líquido puede ayudar. La hidrocefalia puede aparecer por sí sola, o como síntoma de muchas patologías genéticas. Finalmente, tenemos las enfermedades neurodegenerativas, que causan un progresivo deterioro de las funciones cognitivas, de memoria y motoras de los pacientes, y que afectan sobre todo a las personas mayores. Son patologías tales como el Parkinson o el Alxheimer, que a día de hoy, no tienen cura. Su avance se puede retrasar y mucho con medicación, y sobre todo, con terapias que mantengan la mente y el cuerpo de los pacientes tan activos como sea posible, impidiendo así que sigan perdiendo facultades.
4. MITOS Y CURIOSIDADES SOBRE EL CEREBRO:
1. No usamos solo el 10% de nuestro cerebro: En realidad, necesitamos el 100% para funcionar como es debido, y nuestro cerebro esta activo incluso cuando nuestro cuerpo descansa y dormimos, de ahí que soñemos. Este mito tan extendido se debe al enorme potencial de sinapsis que tiene nuestro cerebro, y al simple deseo humano de mejorar, ya que lo que si que es cierto es que rara vez empleamos a la vez el 100% de todo nuestro potencial.
2. Escuchar a Mozart no aumenta la inteligencia: Otro mito sacado de la manga para vender discos y libros de estimulación intelectual a papás y mamás ingenuos que quieren que su bebé sea el más listo
3. Un golpe fuerte no cura la amnesia: Lo hemos visto mucho en series y dibujos animados, pero eso no es así. Recuperar la memoria en un caso de amnesia es algo complejo y delicado, que depende de muchos factores. Un simple golpetazo no va a anular los efectos del trauma anterior y a hacer que esa persona recupere milagrosamente la memoria
4. El cerebro infantil: "Sin duda ninguna, maravillosa, la mente de un niño es". El cerebro de los niños posee muchas más conexiones neuronales, y las realiza más rápido que el cerebro adulto. El problema es que se debe poner algo de orden en tanto caos, y al ir creciendo, los niños desconectan esas conexiones para poder concentrarse y desarrollar facultades como el lenguaje, o la capacidad de atención
5. Diferencias entre ellos y ellas: No, no es cierto que la mujer tenga más cambios de humor, o al menos, no se registran en la actividad cerebral. Si que hay algunas diferencias entre hombres y mujeres, por ejemplo, los varones parecen tener mejores capacidades para la percepción espacial, y las féminas destacamos en la empatía y el reconocimiento de emociones en los rostros. Por supuesto que esto no quiere decir que un sexo sea mejor que el otro, solamente, diferentes.
6. El cerebro y el dolor: El cerebro por sí mismo no puede sentir ningún dolor. Sin embargo, en él residen los centros nerviosos que hacen que percibamos el dolor. Con el entrenamiento mental adecuado, se puede llegar a controlar el dolor, o incluso, no sentirlo. Pero cuidado, el dolor es el sistema de alarma de nuestro cerebro para indicarnos que algo puede ser peligroso y dañar nuestro cuerpo.
7. Los videojuegos pueden mejorar algunas facultades intelectuales: Al contrario de lo que se cree, y si no se abusa de ellos, jugar a videojuegos amplia la velocidad de percepción de estímulos visuales, la capacidad de análisis rápido y la coordinación ojo-mano.
Y esto es todo por hoy. Os dejo ya, que me tengo que meter a la ducha rápidita y tengo clase de alemán. Muy pronto, especiales tan interesantes (o eso espero que os haya parecido) como este, y mucho más y mejor en este humilde blog. Os espero. ¡¡Besitoss!!